Las Brigadas Vecinales denuncian más de 200 controles policiales «racistas» en el último año

En el último año y medio las BVODH y sus colaboradores han documentado un total de 261 controles policiales que basados en criterios «no solo racistas, sino también clasistas.» «Los agentes piden sistemáticamente la documentación a viandantes cuyos rasgos físicos dan a entender que son inmigrantes de un país de procedencia pobre, mientras los ciudadanos de aspecto español o europeo pasan de largo», expone un miembro de Brigadas que prefiere el anonimato. La mayor parte de este tipo de dispositivos se realiza en el interior y las salidas del metro. Según el informe, las estaciones más afectadas por este tipo de controles son Lavapiés, Diego de León y Aluche .

En cualquier caso, las Brigadas aseguran que la cifra real de controles es notablemente mayor, dada la imposibilidad material de los observadores para abarcar toda la ciudad a todas las horas del día. Numerosos colectivos de Derechos Humanos han denunciado anteriormente la ilegalidad de este tipo de controles. Organizaciones como Pueblos Unidos denuncian que la detención de personas «sin papeles» es improcedente, dado que estar en situación irregular en España no es un delito sino una falta administrativa.

Sin embargo, según el propio Sindicato Unificado de Policía , «la ley es reinterpretada sistemáticamente por los mandos policiales», que ordenan los controles, las detenciones y, en los casos más graves, el traslado de los detenidos al Centro de Internamiento de Extranjeros de Aluche, cuyas condiciones de vida ya denunció ABC el pasado pasado mes de abril.

«Hemos visto, en el transcurso de nuestra labor de observación, situaciones esperpénticas. Por ejemplo, el caso de una persona que hablaba con su familia ecuatoriana en un locutorio a través de Skype y fueron testigos por la webcam de cómo la Policía irrumpía en el establecimiento para realizar un control», comenta el mismo miembro anónimo de las BVODH.

Para las Brigadas, el establecimiento de controles basados en la nacionalidad de las personas a la vista de todo el mundo, ayuda a alimentar la estigmatización de los inmigrantes en el país y privan a los mismos del acceso libre a la ciudad. «Sabemos de casos de inmigrantes que, cuando se ven obligados a realizar un desplazamiento a determinada hora del día, lo hacen en taxi por miedo a que en la red de metro se topen con un control», aseguran.