La basura ensucia la «revitalización» del complejo de Azca

En obras desde el pasado 26 de octubre, el principal núcleo de oficinas de la capital presenta dos caras en función de la zona y el horario de paso. Por debajo de los imponentes edificios de empresas multinacionales, en los conocidos como «bajos» de Azca, la apariencia es muy distinta a la que muestra, por ejemplo, el acceso a la Torre Picasso, donde la limpieza y el cuidado son modélicos . Bajo las pasarelas que conectan las dos alturas del complejo es fácil encontrarse con agrupaciones de bolsas de basura, vasos y botellas o bolsas de plástico . En los pasillos que conectan con la zona comercial, donde se sitúan algunos restaurantes, se saltean cartones, colchones y almohadones de indigentes que viven allí .

En un espacio de unos veinte metros cuadrados, con uno de los rascacielos más altos de la ciudad a la vista, se concentran hasta cuatro bancos con estos enseres. Quienes transitan por Azca declaran que no es «nada nuevo» que el lugar sea un foco de mendicidad. «La sensación de inseguridad y de abandono es evidente desde hace mucho tiempo», indicó a ABC una empleada de un local de hostelería.

Aunque la superficie y las terrazas de las cafeterías se enmarcan dentro de una limpieza relativa, sorprende que un espacio que pretende regenerarse y dejar atrás la degradación presente aún estas imágenes en ciertos puntos. Aún más si el proyecto de rehabilitación y reforma no sigue el curso anunciado . La segunda fase de las obras, en la plaza de Carlos Trías Bertrán, estaba fijada para el pasado mes de noviembre, pero aún no ha comenzado. La tercera acometida, en Manuel Gómez Moreno y prevista para febrero, es también una incógnita a tenor del lento desarrollo del proyecto.

La situación es parecida en los alrededores de El Corte Inglés, una zona que hace menos de un año fue objeto de un aseo intensivo porque la basura se acumulaba por toda la plaza contigua y en los accesos a las bocas de Metro y Cercanías. Como ya informó este periódico, el Ayuntamiento que dirigía Ana Botella (PP) abrió entonces cinco expedientes a Adif porque, encargada de la gestión del entorno , no cumplía con su cometido. Ahora la situación no es tan alarmante, pero posee apuntes que recuerdan a aquello. Los taxistas sitúan bolsas junto a sus vehículos para tirar sus propios residuos, pero estas apenas se recogen una vez por semana. «Los gatos las abren por la noche y la basura se desparrama sin que la recojan» , explicaron varios conductores a los pies del centro comercial.

La presidenta regional, Cristina Cifuentes, valoró ayer el estado de las calles e instó al Gobierno de Manuela Carmena a que «deje los lloros y se ponga a trabajar» . Se refería a las referencias constantes sobre los contratos heredados: «Hay dos opciones: buscar el culpable en los que estaban antes o solucionar los problemas».