Ayuso mantiene el pulso: no más impuestos y control en Barajas
La jefa del Ejecutivo autonómico inicia un nuevo periodo, esta vez gobernando en solitario, para aplicar su programa fiscal y de reformas
Sara Medialdea
Despega el año cero de la nueva etapa de Isabel Díaz Ayuso al frente del Gobierno de Madrid. Esta vez, en solitario, más respaldada que nunca por el resultado del 4-M y con intención de seguir siendo «un contrapoder», como manifestó ayer. Con ella al frente, la batalla con La Moncloa está servida. ... Ha prometido que no habrá subida fiscal y ha vuelto a la carga con la exigencia de mayor control sobre el aeropuerto de Barajas : «Quiero saber qué está pasando ahí» .
La presidenta electa seguirá siendo beligerante con el presidente Pedro Sánchez. Ya ayer, en sus primeras declaraciones tras el triunfo en las urnas, insistió en que debe haber un «reparto justo» de las ayudas europeas que lleguen a España y, por extensión, a Madrid. «No voy a bajar la guardia un solo minuto».
En el caso del aeropuerto, por ejemplo, Díaz Ayuso ha alzado la voz innumerables veces para que se aumentaran las garantías y Barajas no se convirtiera en un coladero de las nuevas variantes del virus. Pese a lo cual, por allí entraron mayoritariamente los casos de, por ejemplo, la cepa británica, que ahora es dominante entre los nuevos casos en Madrid.
Para que no ocurra lo mismo con la variante india, Díaz Ayuso va a pedir los informes sobre los controles que se llevan a cabo en el aeródromo. «Queremos que se nos garantice que se están poniendo todas las medidas».
Sorpresas tras el 4-M
La presidenta se mantiene vigilante respecto al Gobierno central, ya que cree que ahora, una vez pasado el 4-M, «empezaremos a ver las sorpresas que nos guardaba el sanchismo para después de elecciones».
Mientras, ella no quiere perder ni un día. Ayer reunió a todo su equipo y estuvo explicándoles sus líneas generales de actuación a partir de ahora. Bajo la premisa de que, ahora ya sin cortapisas, podrá aplicar su proyecto «y poner en marcha todas las medidas», sabiendo «que no van a ser contestadas desde dentro ni frenadas en el Parlamento regional , como me ocurría siempre hasta ahora», explicó en varias emisoras de radio a lo largo de la mañana.
Entre sus políticas más inmediatas, está la prometida rebaja en el IRPF, y también cree que pronto podrá tener listos unos presupuestos y empezar a legislar para eliminar trabas burocráticas y ponerle la vida más fácil a los emprendedores y autónomos. De forma simbólica, ayer aprobó ya unas ayudas por 800.000 euros en subvenciones para la reducción de la siniestralidad laboral, para empresarios con varios trabajadores o para autónomos.
Dos años de recuperación
También ha llegado el momento de relanzar la economía. Bajo su criterio, vienen dos años –los que durará esta legislatura– que pueden traer a Madrid una fuerte recuperación económica si se toman las medidas adecuadas. Por ejemplo, con operaciones como Madrid Nuevo Norte.
La presidenta madrileña advierte: «No voy a bajar la guardia ni un solo minuto»
Economía y fiscalidad, junto con la lucha contra la pandemia, serán sus prioridades en un Gobierno que echará a andar en solitario, o al menos esa es la intención de Díaz Ayuso, que ya desde su discurso de investidura quiere dejar claras las líneas ideológicas que la moverán. La presidenta es consciente de que gobernará con «muchos votos prestados; lo que ha pasado aquí ha trascendido las siglas del PP». Por eso quiere que, «sin bizquear políticamente, que mis medidas consigan que todos se sientan representados por su presidenta». Por ejemplo, las rebajas fiscales serán «para todos».
De momento, para la investidura ya cuenta con los votos de Vox , que ayer se ofrecieron a apoyarla y no obligarle a ir a una segunda votación – donde sólo es necesaria una mayoría simple, más ‘síes’ que ‘noes’, para lo que le bastan sus 65 escaños, que superan a los 58 de PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos.
En los bancos de la oposición del Parlamento autonómico de Vallecas no se sentará Pablo Iglesias, que la misma noche electoral renunció a recoger su escaño, pese a las promesas que él mismo hizo apenas unos días antes. «Sabía que esto iba a pasar desde el principio de la campaña –manifestaba ayer Díaz Ayuso–, porque de verdad que la gente en la calle y los barrios más humildes que él considera que le pertenecían no le querían ni ver».
Días de reflexión
No obstante, aclara, en la Asamblea «se quedan sus herederos, porque el equipo de Errejón es primo hermano, pero, por lo menos, no se han movido de Madrid». Se refiere a Más Madrid, cuya líder, Mónica García, será ahora la jefa de la oposición, al haber superado en votos al PSOE de Gabilondo.
La presidenta electa tiene en mente tomarse ahora unos días para reflexionar y pensar el Gobierno que quiere. Aunque en campaña aseguró tener bastante claro qué quería hacer, es ahora cuando llega el momento de tomar decisiones. Su idea gira en torno a un Ejecutivo más reducido que el que funcionó durante los años de gobierno de coalición, que se componía de 13 consejeros. Ahora piensa en 10: tiene siete personas que ya han ocupado responsabilidades al frente de áreas, a las que podrían sumarse otras incorporadas incluso desde Cs o Vox.
Marta Rivera de la Cruz es el nombre que más ha sonado, y también está Toni Cantó , el fichaje frustrado que Génova le metió con calzador en el número 5 de la lista y que finalmente se cayó de la misma por orden judicial. «Especulaciones», afirman en su entorno, aunque reconocen que la primera ha recibido mucho calor de la propia presidenta y el segundo la ha sorprendido «para bien» en la campaña.
Estos nombres, «y otros que podrían cruzarse», ocupan las reflexiones de la presidenta. Pero no sólo. también piensa en «otros puestos que hay que cubrir», como los miembros de la Mesa de la Asamblea o los senadores por designación autonómica . En todos los casos, el PP tendrá derecho a más de los que ahora tenía –dos en la Mesa y dos senadores– al haber doblado su representación, y podría jugar con ellos o incluso cederlos a otras fuerzas políticas.
Ahí e ntra de nuevo Vox y la necesidad de sus votos para sacar adelante leyes o propuestas en la Asamblea. En el PP ponen el acento en «la legitimidad que le da a Ayuso tener más escaños sola que los tres partidos de izquierda juntos». Es, recuerdan, «casi una mayoría, de facto».
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