Ayuda en casa para no caer en la pobreza: «Es mi salvación, tenía que elegir entre mis hijas o trabajar»

«En mayo se me habían acabado todo tipo de ayudas . Tras dos meses sin ingresos, no me quedaba nada. Hasta que mi hija mayor, de 17 años, volvió a Bolivia el año pasado, tiraba de ella, pero después ya no tenía a quién recurrir. Ellos han sido mi tabla de salvación para salir adelante. Son un gran apoyo», expresa la mujer.

Mientras Neida relata su historia, Pilar Muñoz charla con sus hijas pequeñas. Ella es una de las psicólogas que forma parte de uno de los equipos de ‘Home Visiting’, una rama del programa que va más allá del mero acompañamiento de los menores durante la ausencia de sus progenitores. Ellos son los ojos y los oídos de los centros de servicios sociales, los primeros que pueden prevenir y detectar antes de tiempo en las familias y en los niños a los que cuidan cuando están solos situaciones de riesgo o vulnerabilidad que van desde pobreza, hasta desprotección o carencias educativas graves.

A través del juego Pilar ayuda a las niñas a expresar sus emociones . Es parte de la terapia que también reciben, ya que la atención no se circunscribe solo a recogerlas o acompañarlas a clase, ducharlas, darles de comer o ayudarlas con los deberes . «Solo es la tercera sesión y ya las noto más tranquilas. Gracias a Dios, ahora estoy un poco más estable. Pero en el pasado estaba muy inestable a raíz del divorcio con su padre y eso influye en las niñas. Me imagino que habrá muchos más niños en esa situación y hacen mucha falta este tipo de iniciativas », reflexiona Neida.

El programa empezó el pasado 1 de septiembre y ya ascienden a 600 familias y 750 niños los atendidos por el servicio. La mayoría de esos hogares, como el de Neida, son mujeres solas las que están al frente de todo. «Muchas son familias monoparentales , mujeres mayoritariamente extranjeras, con escasos recursos y que carecen de una red familiar de la que tirar. Es una ayuda puntual, porque la mayoría tiene unos horarios que impiden esta conciliación , y mientras se buscan otras alternativas», cuenta a este diario la coordinadora del servicio, Elena Cámara.

Existen dos grupos de ‘Home Visiting’ formados por un trabajador social, un psicólogo y un educador social. Ellos son los que forman a los 350 auxiliares que atienden a los niños para que sean capaces de detectar situaciones de vulnerabilidad y puedan dar el aviso. Durante las visitas del equipo a la familia, en el caso de que sea necesario, pueden derivarlos a recursos que necesiten. «En muchos casos, el trabajo lo tienen que coger y el niño se tiene que quedar solo o a cargo de otros menores que no tienen las herramientas ni la edad necesarias para atenderlos. Este servicio también es fundamental para salir de la red de servicios sociales y para detectar situaciones de vulnerabilidad que no habían aflorado todavía», explica Cámara, que subraya el carácter preventivo del plan.

De hecho, los primeros meses del programa ya han dado sus frutos en ese sentido, para servir como arma de diagnóstico social . «Me ha sorprendido la alianza que tienen los auxiliares con los niños. Es superior a la esperable de solo el acompañamiento», confiesa la psicóloga. «Hemos visto niños que no han confiado en ningún mayor para contarles sus problemas, menores que han sido acosados en el colegio y se lo han contado al auxiliar», relata. Gracias a esa coordinación, se pudo atajar la situación sin que el niño sintiera que se traicionaba la confianza depositada en el adulto que le acompaña.

Además de esta atención transversal a toda la familia, el programa incluye acciones de emergencia ante situaciones sobrevenidas. «Si antes se tardaba varios días en tramitar un alta en el servicio, ahora podremos hacerlo en el mismo día cuando estemos ante una urgencia. Por ejemplo, algún caso de alguna madre o padre que ha entrado en Urgencias y ha habido que estar acompañando a los menores hasta que un familiar o cónyuge se ha hecho cargo. Ahí estamos, porque son situaciones complicadas para los menores», indica Cámara. En función de las circunstancias, hay servicios que se pueden poner en marcha en 24 horas y otros incluso en 9 horas.

Para llegar a todos esos servicios, el Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social ha puesto en marcha el nuevo programa Sercaf , el Servicio de Conciliación y Apoyo a las Familias con menores a cargo, por 6,5 millones (6.552.198,80 euros). Este sustituye al SAF (Servicio de Apoyo a las Familias) porque va mucho más lejos. Y es por ello que se ha incrementado un 15 por ciento más el presupuesto para incorporar a 15 nuevos profesionales.

«Según hemos acreditado en el Diagnóstico Social de Madrid, las familias con hijos se encuentran en un riesgo de mayor vulnerabilidad. Desde el Ayuntamiento de Madrid queremos apoyarlas en todos los niveles, y facilitar la conciliación debe ser uno de ellos para garantizar la igualdad de oportunidades », indica a ABC el delegado del ramo, José Aniorte .

El concejal de Cs sostiene que esa apuesta pasa por impulsar recursos como el Sercaf, que es «capaz de atender crisis de conciliación de forma ágil, así como detectar situaciones de vulnerabilidad de primera mano y darles la mejor solución desde los Servicios Sociales». El nuevo Sercaf es un paso más, incide, en su «propósito de hacer de Madrid la mejor ciudad para tener una familia».