«Álvaro no me empujó, fue a otra chica»

Quiere dejarlo muy claro: ni a ella le empujaron ni avisó a ningún portero. Es más, en la actualidad, no mantiene relación con ninguno de ellos, sino que sólo fue novia del que acudió a declarar voluntariamente y en calidad de testigo el pasado lunes ante el Grupo V de Homicidios.

«Vi a la niña que empujaron, que no era yo. Le vacilaron, no sé de qué manera, y hubo una discusión. Yo sólo me metí para separarla», explica Macarena, quien añade que la versión más extendida del inicio del fatídico suceso «es toda falsa». Su estado de ánimo es de hartazgo sobre todo lo que se está diciendo de ella: «Tengo bastante miedo, pero aún más mi familia que yo», indica.

Y no le faltan razones. Macarena nos cuenta que acaba de acudir a denunciar que ha recibido más de un centenar de amenazas a través de mensajes cortos de móvil, por llamadas telefónicas y por correo electrónico. Ya están en mano de los investigadores. Y son de lo más elocuentes: «Dicen que he sido la culpable de que Álvaro haya muerto, que me van a matar».

Sobre la secuencia de la presunta agresión por parte de tres porteros al joven Ussía, Macarena no puede pronunciarse: «Yo estaba dentro del local cuando sucedió», explica, y la trifulca se produjo en la parte superior del establecimiento.La versión de Macarena, en algunos puntos, coincide con la aportada por los tres porteros imputados. ¿Cuáles son las principales similitudes? Pues que Macarena no acudió a protestar a su ex novio tras el supuesto encontronazo con Álvaro y sus amigos. Y que tal enfrentamiento con Macarena no existió. Es, de hecho, el puntal de la declaración de los acusados, puesto que ellos aseguran que Antonio Sánchez, quien presuntamente golpeó con la rodilla en el corazón a Álvaro, lo que hizo fue acudir a mediar entre la víctima y otro joven, y no una chica.

De que si el famoso empujón existió o no puede depender buena parte de la investigación judicial. El padre de David Sánchez, vecino de Ciudad Lineal, donde también entrenaba en un gimnasio, se quejaba: «Están poniendo a mi hijo a parir, por ganarse 60 o 70 euros... Él no dio ninguna patada».

Desde CC.OO. informaron de que hace aproximadamente un año, durante una de las 13 inspecciones a las que se ha sometido a El Balcón de Rosales, la Policía Municipal comprobó que uno de los dos porteros -ninguno es de los implicados en este caso y ya no trabajan allí- carecía de condición de vigilante y que el otro portaba un puño americano de hierro, por lo que fue denunciado. Cuando le preguntaron por qué lo llevaba, contestó: «Es que por la noche hay que llevarlo para defenderse».

Aquella inspección, además, se encontró con ruido, exceso de aforo, consumo de bebidas alcohólicas por menores... «CC.OO. defiende el buen trabajo de la Policía Municipal. Las responsabilidades hay que pedírselas al Área de Medio Ambiente o a la Junta de Moncloa.