Controles psicológicos para los porteros...

Los amigos del joven asesinado quieren que su muerte no quede impune. Por eso solicitaron entrevistarse con la presidenta de la Comunidad, con la que estuvieron reunida por espacio de una hora. Aguirre se comprometió con ellos a aprobar «a la mayor brevedad posible» un decreto que regule la figura de los porteros de discoteca. «Si no podemos aprobarlo esta semana, será a la siguiente», apuntó la dirigente autonómica.

El reglamento, según adelantó Aguirre, exigirá que estos profesionales pasen un control psicológico, les exigirá una formación mínima y limitará sus funciones a labores de vigilancia. El objetivo es «impedir» que personas sin estudios, de naturaleza violenta y «sin la más mínima sensibilidad social», desempeñen sus funciones en los lugares «en los que se encuentran nuestros hijos», manifestó Aguirre.

La presidenta regional destacó que, a pesar de lo ocurrido el pasado sábado, «no se puede generalizar» y afirmó que, según le manifestaron algunos de los compañeros del joven fallecido, hay porteros de discoteca «que cumplen la función que tienen que cumplir». «No se puede tratar a todos por igual -mantuvo-, pero hay otros que no cumplen esta función y a esos es a los que queremos impedir que ejerzan esta labor porque ponen en peligro la seguridad de los jóvenes de la Comunidad de Madrid».

La presidenta madrileña afirmó que la sociedad está «conmocionada» por el «dramático» hecho que tuvo lugar en la madrugada del sábado y recalcó que un suceso así tiene que hacer reflexionar a las Administraciones sobre las medidas que son necesarias tomar para que circunstancias como ésta no se vuelvan a repetir.

«Admiración» por la reacción

Finalmente, la presidenta autonómica mostró su «admiración» por la reacción que los compañeros de Álvaro han tenido tras su asesinato. «No buscan la venganza, sino la Justicia y quieren que hechos como éste no vuelvan a repetirse en la Comunidad de Madrid y que las autoridades tomemos las medidas que consideremos oportunas», añadió.

El director del colegio Monte Tabor, Juan Antonio Perteguer, se mostró «orgulloso» de la reacción de sus alumnos, ya que después de lo ocurrido se han empeñado en «devolver mal por bien». Un comunicado leído por uno de los representantes de los estudiantes descartó calificar el suceso de un «triste fallecimiento» sino de un «brutal asesinato».

En el escrito, los compañeros de Álvaro exigen el cumplimiento de cinco puntos «por nuestra seguridad y por la del resto de personas». En primer lugar reclaman una «exhaustiva investigación» de los hechos para esclarecerlos «de forma rápida, justa y eficaz». Además, piden la presencia «en cada local» de guardias o vigilantes jurado, con placa y unos tests psicológicos previamente pasados, que demuestren que son aptos para desempeñar dicho trabajo.

También exigen una renovación del sistema judicial para que las penas «sean mucho más duras y justas»; la presencia de más patrullas policiales en las zonas de ocio; y solicitan responsabilidades subsidiarias de los hechos a los propietarios de la discoteca y al grupo que gestiona el local.