012 Mujer, la llamada más difícil para escapar del infierno
El teléfono de atención al ciudadano de la Comunidad de Madrid atendió el año pasado a 5.200 mujeres víctimas de violencia de género. Un equipo de 11 psicólogas dan servicio de lunes a domingo
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Iniciar sesiónYolanda Campos habla de «sentir miedo», la pregunta que cualquier mujer debe hacerse en el caso de detectar una situación anómala. «Cuando una mujer comienza a temer las reacciones de su pareja, ya existe un caso de violencia de género», sostiene la coordinadora del teléfono ... 012 Mujer de la Comunidad de Madrid, un servicio indispensable de atención especializada en casos de maltrato psicológico, físico o sexual, y no necesariamente por separado. «En todas las violencias hay maltrato psicológico», puntualiza esta psicóloga, al frente de un grupo de once profesionales que solo el año pasado asistieron a 6.500 mujeres, 5.200 por este preocupante motivo. Los estragos de la pandemia y la hiperconectividad de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea han acentuado un problema que siempre ha estado ahí, muy lejos de su erradicación definitiva.
Para muestra, un botón: en 2021, un total de 2.220 mujeres fueron atendidas en la región por violencia de género psicológica, 2.124 por violencia física, 620 por violencia sin especificar, 178 por violencia en el ámbito familiar, 162 por violencia sexual, 30 por detenciones ilegales, amenazas y coacciones, 11 por acoso laboral... La lista que maneja la Consejería de Presidencia, Justicia e Interior es larga, demasiado. La alargada sombra del Covid-19 ha implicado periodos eternos de convivencia; y ello, en relaciones disfuncionales, ha generado que los roces se disparen. Una particularidad que encierra un doble sentido: a más casos, más llamadas, ¿pero qué pasa con las mujeres que están 24 horas con su maltratador? «No han podido llamar todas las que estaban sufriendo», recuerda la encargada del 012 Mujer.
Al otro lado de las tres teclas (anónimas, privadas, salvadoras), las llamadas se atienden de lunes a viernes de 8.00 a 22.00 horas y sábados, domingos y festivos de 10.00 a 22.00. Si el teléfono suena fuera del plazo, la alerta se transfiere al 016, conectado a diario con el córner de la segunda planta de Ilunion, la empresa que cubre el servicio en Madrid y a cuya sede se quiso acercar el jueves el consejero Enrique López. Su visita no fue baladí. «Este teléfono es algo más que un teléfono, es un centro donde personas ayudan a personas y un ejemplo de la colaboración público privada», señalaba, consciente de la especial sensibilidad social de la adjudicataria.
La atención psicosocial, la información sobre los recursos que la Comunidad de Madrid pone a disposición de las víctimas, la información sobre el acceso y las funciones de los puntos municipales del Observador Regional de Violencia de Género, la orientación y asistencia jurídica mediante transferencia al 016 y la posibilidad de transmisión al 112 en los casos de emergencia son las cinco ramas abordadas en el centro. Pese a todo, ninguna de las once psicólogas tiene potestad para denunciar de oficio. «No podemos porque es un servicio totalmente confidencial », justifica Campos, siempre con la empatía por bandera. «Si la situación no es límite, lo que les decimos es que acudan a un centro de salud a por el parte de lesiones y después interpongan la denuncia con el soporte de un letrado. Se les marcan todos los pasos para que no vayan sin saber, para que no se las revictimice más», advierte.
Normalización
Desconectar en el 012 Mujer no siempre es factible. Los casos de violencia sexual no se borran al terminar la jornada. Tampoco las llamadas de los niños, pequeñas víctimas que avisan de que «mamá no está bien o papá tiene comportamientos extraños». Los adolescentes son otros de los casos de más complejo abordaje. «Dentro de la Comunidad de Madrid está el programa ‘No te cortes’, que atiende incluso a las afectadas por correo electrónico», explica la coordinadora. La mensajería instantánea, con el uso de imágenes para amenazar y coaccionar a la mujer es cada vez más frecuente. «Lo esencial aquí es que hagan acopio de toda esa probatoria para poder entregarla en sede judicial», continúa, no sin antes recalcar el riesgo que conlleva enviar este tipo de material.
Sin un perfil claro de víctimas y agresores, Campos pone el foco en el segmento de las mujeres mayores. «Me gustaría que también se enfatizara con ellas porque son las que más dificultades tienen para denunciar», sostiene. La normalización y la vergüenza convierte a este colectivo en uno de los más vulnerables. Una lacra que las víctimas no siempre creen sufrir. «Muchas mujeres no saben discernir lo que les está pasando, pero sí entienden que algo no está bien», remarca la psicóloga. El 012 nunca descansa.
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