El juez da permiso navideño a dos etarras por pedir perdón
Concede la progresión de grado a José Manuel Fernández Pérez, con una condena de 30 años
Una progresión de grado y dos permisos penitenciarios cortados por el mismo patrón. El juez central de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, ha decidido acceder a la propuesta de las juntas de tratamiento de las prisiones de Nanclares de Oca y Villabona y conceder el ... segundo grado y permisos de tres y seis días de duración, respectivamente, a los etarras presos José Manuel Fernández Pérez, Jesús García Corporales y Joseba Koldo Martín Carmona. El denominador común de todos ellos es haber renunciado a la violencia, pedido perdón a sus víctimas y estar dispuestos a asumir su responsabilidad civil, es decir, a indemnizarlas. Pero algo más les une: una condena a 30 años que ninguno de los tres ha cumplido.
El juez Castro recuerda en uno de los tres autos notificados ayer que «es preciso poner de relieve la necesidad de desarrollar actividades de reinserción laboral y de formación, especialmente cuando se trata de internos que llevan muchos años ingresados en prisión y que, al estar inmersos en el seguimiento de las directrices del grupo terrorista, han abandonado la posibilidad de formarse, de forma que las actividades penitenciarias prioritarias pasan por dotarles de las habilidades formativas orientadas a favorecer su reinserción positiva en el mundo laboral». Y esta reinserción la han conseguido los tres internos. Dos de ellos, los de Villabona, que aspiraban a sendos permisos de días y a cuyas excarcelaciones se opuso la Fiscalía, llegaron a escribir una carta similar al juez de Vigilancia Penitenciaria.
«...He soñado con su cara»
En la misiva de Jesús García Corporales, éste rechaza «todo acto violento» y condena «categóricamente las acciones de ETA». «Pido perdón a todas las víctimas por el dolor y el sufrimiento que he provocado con mis acciones», dice. Más «locuaz» se muestra Joseba Koldo Martín, quien además de las revelaciones de su compañero, parece ser que se confesó en octubre con los funcionarios de Prisiones: «(...) yo he soñado muchas veces con la cara de los familiares de las víctimas que ocasioné y he visto que dando este paso compenso en alguna medida todo el daño que hice y del cual estoy profundamente arrepentido».
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