El juez investiga el cartel del tiro en la nuca a Abascal y la caseta con fotos de etarras en Bilbao

En un auto al que tuvo acceso ABC, el magistrado Joaquín Gadea acuerda abrir diligencias y requerir a la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Ertzaintza a fin de que tengan conocimiento del evento y adopten las medidas necesarias para evitar que en su desarrollo se reproduzcan acciones que pudieran constituir enaltecimiento del terrorismo o justificación de sus crímenes.

Desestima, no obstante, la petición de Vox de suspender cautelarmente el acto, un festival de ocho grupos de música en plena Semana Grande de Bilbao, porque entiende necesario recabar «más información» tanto sobre las circunstancias como sobre los autores de la iniciativa. En línea con el criterio de la Fiscalía, entiende que sin esos datos, la medida podría ser «precipitada».

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Con todo, considera que «existen buenas razones para valorar que la imagen se adentra en ámbito de la infracción penal» y que «sobrepasa los límites a la libertad de expresión». Aprecia que los hechos podrían calificarse como enaltecimiento y/o apología del terrorismo, pero razona que «se puede separar claramente entre una acción consumada, que sería la publicación del cartel y que por sí sola presenta indicios de delito (...) y el evento o acto concreto que se publicita».

En lo que respecta al evento, señala que permitir su celebración «no tiene por qué suponer necesariamente que se vayan a cometer delitos», pero en todo caso, «será necesario observar su desarrollo para esclarecer si en el mismo se realizan o llevan a cabo actos de enaltecimiento y/o de apología terrorista». De ahí el requerimiento a las fuerzas policiales.

En cuanto al cartel, para el magistrado, el dibujo de Abascal «aparece claramente como un llamamiento dirigido a simpatizantes de una determinada ideología próxima a la que embebía a la organización que ordenaba la ejecución de asesinatos mediante un tiro en la cabeza», la banda terrorista ETA.

En su opinión, la imagen «evidencia la complicidad o connivencia con la acción de matar» y «mostrándose de forma acrítica» la ve «capaz de despertar la curiosidad de acudir al acto festivo mediante la afinidad o sintonía con el asesinato terrorista representado». Recabará los informes policiales y después, se verá.

La querella, como informó ABC, lo era también por delitos de odio y de amenazas, que sólo serían competencia de la Audiencia Nacional si fuesen de índole terrorista. Los informes policiales serán clave en este punto, como el que ha pedido el magistrado a la Guardia Civil para que identifique a los autores del cartel.

Para Vox, «la imagen de Santiago Abascal tiroteado incita, promueve y fomenta el odio contra su persona y unida a su persona, a la violencia contra los dirigentes, cargos, simpatizantes y votantes» del partido.

La querella subraya además que «se use el tiro en la nuca, que es uno de los métodos más utilizados por los sanguinarios asesinos de ETA a una persona que ya con anterioridad fue señalada como un objetivo de esta banda terrorista», una «identificación indubitada» de que se trata de una «loa de admiración» de los «execrables» métodos de los terroristas.

Por otra parte, el mismo magistrado ha abierto una investigación tras una denuncia de Dignidad y Justicia contra la comparsa que ha organizado una caseta en las fiestas de Bilbao decorada con 19 relojes y otras tantas fotografías de presos de ETA que tienen delitos de sangre. El lema, «ya es la hora».

En línea con el criterio de la Fiscalía, el magistrado ha resuelto igualmente recabar informes de la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Ertzaintza sobre «las circunstancias concretas» en que están siendo exhibidos los relojes y las imágenes a fin de decidir si ordena su retirada o no, según el auto al que tuvo acceso ABC.

Para Dignidad y Justicia, se trata de una «clara referencia a la excarcelación y puesta en libertad» de los terroristas homenajeados que debiera ser retirada. Lo describen como «una performance» que da «continuidad» a actos de homenaje que se han realizado en años anteriores.

De hecho, no es la primera vez que esta comparsa, 'Txoribarrote,' se ve envuelta en una polémica similar ni tampoco sería la primera ocasión en que acaba interviniendo la Ertzaintza. Durante dos años tuvo prohibido colocar su caseta por la continua exhibición de fotografías de presos de ETA durante la celebración de la Semana Grande, pese a lo cual ha sido una de las comparsas del homenaje a reos etarras al inicio de las fiestas de este año.

Han sido además numerosas las ocasiones en las que la Ertzaintza ha entrado en el recinto festivo para eliminar fotografías de etarras en esta caseta, aunque para sortear las prohibiciones judiciales han venido utilizando fórmulas de lo más diverso, como servirse de siluetas que representaban a los etarras o fotografías con los ojos tachados.