Incomodidad con Podemos por la forma de gestionar las discrepancias
Los socialistas creen que la formación morada exarceba las diferencias
Las ministras Irene Montero y Ione Belarra en la Cámara Baja
Según se acerca el final de la legislatura, se aleja la sintonía de los socios del Gobierno, que aunque durante estos dos años y medio transcurridos desde la investidura de Pedro Sánchez han protagonizado sonoros desencuentros, han evitado una ruptura total de ... las relaciones. Ambos son rivales electorales, como se va a poner de manifiesto en las elecciones autonómicas y municipales de mayo próximo.
Los socialistas insisten en el argumentario habitual en estos casos, el de que mayores han sido las desavenencias de muchos gobiernos autonómicos del PP y Ciudadanos que han terminado rompiéndose, como los de Madrid y Castilla y León, que adelantaron sus elecciones, y en que en todos los gabinetes, incluso los de un solo partido, son habituales las tensiones entre las distintas carteras. Pero al mismo tiempo empiezan a reflejar una incomodidad creciente con Unidas Podemos no tanto por alguna materia en concreto, sino por la forma de gestionar en público las diferencias.
Desde la parte socialista del Consejo de Ministros explican que en cualquier coalición «es lógico que el socio minoritario quiera visibilizarse», pero que en muchas ocasiones los de Ione Belarra (la ministra de Derechos Sociales mantiene, por su parte, una soterrada tensión con la vicepresidenta segunda y presumible candidata a la presidencia del Gobierno, Yolanda Díaz, trata de «jugar más al juego de encontrar las diferencias», cuando, aseguran, «el entendimiento es mucho mayor».
Completar la legislatura
En previsión incluso de una posible ruptura abrupta de la legislatura, algo que no es inhabitual, como escenificación electoral, en gabinetes de este tipo, los socialistas dicen que agotar el mandato de Sánchez hasta que se celebren elecciones generales a final de 2023 es algo que «conviene al PSOE, pero también a Unidas Podemos».
En ese sentido, el último gran reto para ambas formaciones es sacar adelante, con el concurso imprescindible de los socios parlamentarios, los próximos Presupuestos Generales del Estado, que serán los últimos del mandato presidencial. El trabajo sobre los mismos ya está avanzado –«hemos intercambiado papeles» confirman fuentes del PSOE– y en septiembre comenzará la negociación con los grupos. Las Cuentas Públicas estarán marcadas por el inicio del aumento del gasto en Defensa, comprometido hasta un 2% del Productor Interior Bruto (PIB) en 2029, en línea con las exigencias de EE.UU. en el seno de la OTAN. Así lo dijo el propio Sánchez en la cumbre de la Alianza Atlántica celebrada el pasado mes de junio en Madrid.
Es una medida de la que discrepa abiertamente Unidas Podemos, que en todo momento mostró una actitud hostil hacia la celebración de esa cumbre en nuestro país, hasta el punto de que el entonces número dos de Belarra y líder del Partido Comunista de España (PCE), Enrique Santiago, participó siendo alto cargo del Gobierno en una de las manifestaciones celebradas contra el evento en la capital de España. Posteriormente Santiago sería destituido, pero para ser reemplazado por la número tres de Podemos, Lilith Verstrynge.
Más discreto ha sido el perfil de Yolanda Díaz al respecto, quien incluso se desmarcó abiertamente de algunas de las actuaciones de la formación morada, que llegó incluso a cuestionar los contratos efectuados con motivo del encuentro de los aliados atlánticos.