Historia de un diálogo fracasado de Zapatero
En lo que llevamos de legislatura, el presidente del Gobierno solo ha conseguido pactos puntuales contra la crisis
La reunión que el presidente Zapatero ha convocado este sábado en La Moncloa con los directivos de las 30 primeras empresas españolas viene precedida de una larga historia de rondas de diálogo emprendidas por el jefe del Ejecutivo esta legislatura, y que acabaron, uno después ... de otro, en sonoros fracasos, cuando no en una sensación de frustración entre las partes convocadas.
Una de las primeras reuniones que convocó Zapatero cuando por fin asumió que había crisis económica en España fue en octubre de 2008. Invitó al Palacio de la Moncloa a los principales banqueros del país, y repitió la invitación un mes después, con un cambio de decorado: primero los sentó en sillas, y después en cómodos sillones. De contenido apenas salió nada importante. Se trató más bien de una conversación amigable donde charlaron sobre la situación general del país, sin ahondar prácticamente en nada. Zapatero comunicó que quería incrementar las garantías de los depósitos en los bancos, para reforzar la confianza de los ciudadanos ante la crisis económica. Los banqueros, a su vez, trasladaron al presidente del Gobierno un mensaje de confianza hacia la solvencia del sistema financiero español.
Las rondas de distinto tipo y ámbito no quedaron ahí. En febrero de 2010 se puso en marcha el conocido como proceso de Zurbano, que ha sido el único intento serio de alcanzar una especie de pacto político global para atajar la crisis económica, pero que acabó en sonoro fracaso. De hecho, de hablar de posible pacto de Estado se pasó en una semana a calificar lo logrado como «minipactitos de Zurbano», por su escaso contenido real y poco alcance. Tanto fue así que CiU, uno de los partidos impulsores del pacto de Estado anticrisis, acabó pidiendo el cierre de la ronda de contactos en el Palacio de Fomento. Uno de los grandes «logros» de la «Comisión Zurbano» fue aprobar una medida para reducir el IVA en obras de rehabilitación de viviendas. De ese tenor fueron casi todas las medidas propuestas, incluida la que se centró en el impulso al coche eléctrico.
La «Comisión Zurbano» estuvo capitaneada por Elena Salgado, José Blanco y Miguel Sebastián, y dejó al margen a María Teresa Fernández de la Vega y Celestino Corbacho, que meses más tarde serían baja definitiva en el Gobierno de Zapatero.
Poco antes, en concreto el 30 de diciembre de 2009, Zapatero había dejado claro qué expectativas tenía de pacto con el Partido Popular. Veía posible un pacto en Educación (que luego fracasó también), pero subrayó que «en otros temas hay diferencias ideológicas». «Es que conviene que eso se tenga claro porque, además, es la esencia del pluralismo democrático. Es que hay diferencias ideológicas», dijo, y por si había dudas de a quién se refería, precisó: «Es que estoy convencido de que el Partido Popular nunca hubiera ampliado la protección por desempleo, como hemos hecho nosotros».
El Gobierno convocó a los agentes sociales para acometer la reforma laboral. El proceso tuvo el mismo éxito que los precedentes, y el Ejecutivo acabó aprobando la reforma mediante un decreto-ley. Más tarde se tramitaría en el Congreso como proyecto de ley, y se aprobaría con los únicos votos a favor del PSOE.
Con las pensiones ocurre algo parecido. No solo hay falta de acuerdo, sino que el Gobierno ha conseguido enfrentarse a la oposición en bloque al decidir, de manera unilateal y saltándose el Pacto de Toledo, la congelación de pensiones. De momento, el acuerdo sigue sin existir para la reforma del sistema y el Ejecutivo ha decidido aplazar el proceso hasta marzo.
La Ley de Economía Sostenible, el Pacto energético o el plan de ajuste son otros ejemplos de acuerdos «imposibles» para el Gobierno, que ha tenido que jugar con la geometría variable y con las abstenciones de unos y de otros para sacar adelante sus proyectos. Ahora, con el pacto de legislatura rubricado con el PNV y CC, confía en seguir sacando adelante sus reformas, «con acuerdo o sin él», como advirtió el presidente Zapatero en el último debate parlamentario.
Entre los pactos conseguidos hay que incluir, eso sí, el de la reestructuración bancaria, una excepción en el desierto de la legislatura.
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