Guardiola mide el desgaste de Vara para importar el vuelco andaluz a Extremadura

28m: elecciones autonómicas y municipales (3)

El conflicto del tren amenaza a un Vara que vende a Sánchez y los fondos europeos como activo de futuro

El PP busca rentabilizar el 'efecto Feijóo' en Galicia para recuperar poder local

María Guardiola, candidata del PP a la presidencia de Extremadura ABC // Vídeo: EP

En toda la historia de la autonomía extremeña nunca ha habido una mayoría parlamentaria de formaciones políticas de la derecha. El PP solo gobernó la región entre 2011 y 2015. Tras el primer Gobierno del hoy presidente Guillermo Fernández Vara. En aquel entonces el PP ... logró 32 escaños, el PSOE 30 e Izquierda Unida 3. La abstención de IU permitió una legislatura del PP. Y eso sucedía en el año 2011 en el que las elecciones municipales y autonómicas tiñeron España de azul como castigo al Gobierno de Zapatero. Esa trayectoria hace difícil pensar en un vuelco en este lance.

Extremadura es junto con Asturias una de las regiones que en la calle Ferraz consideran más seguras. Y no es de las que en la calle Génova ven más probable. Pero, sin embargo, en la región también se vive una contienda ajustada. Los dos grandes partidos saben que van a depender en buena medida de cómo se comporten Unidas por Extremadura y Vox. «Si Podemos no entra en una de las dos provincias podría haber vuelco», apunta una fuente del PSOE.

En el PP advierten que el cambio es probable y que cuentan a su favor con la idea del cambio. El ejemplo del cambio andaluz es un espejo para la candidatura de María Guardiola, que lleva menos de un año al frente del PP en la región. Frente a un Vara que fue presidente por primera vez hace ya más de 15 años. El presidente Guillermo Fernández Vara es consciente desde hace muchos meses de que un escenario en el que pierda su actual mayoría absoluta puede dejar todo en el aire. Actualmente cuenta con 34 escaños, uno por encima de la mayoría absoluta. Una encuesta interna del PSOE extremeño le sitúa en 31 escaños .

El presidente Vara está intentando vender la idea de futuro para Extremadura a partir de los fondos europeos como palanca para una industrialización de la región. Pero el presente es más sombrío: según la última EPA Extremadura es la región con más paro general, joven y femenino. Guardiola ataca ese flanco: ¿Puede el PSOE representar el futuro tras haber gobernado todas las legislaturas menos una?

En los últimos meses ha desplegado la campaña de escucha «Habla Extremadura», que evidencia una marca territorial por encima incluso de las siglas del partido. Guardiola pasa por representar el modelo más centrista del PP. Y su intención si los números lo permiten es un Gobierno en solitario, no una coalición con Vox. La clave para el PP es que Vara no es Emiliano García-Page. «Aquí nadie levanta la voz», aseguran desde el PP. El presidente extremeño dejó hace tiempo atrás su distancia con el presidente del Gobierno. Y ahora no duda en vender la acción del Gobierno como un activo para su campaña. Un flanco que aprovecha el PP para darle también dinámica nacional a la votación. Algo que no interesa al PSOE extremeño.

La situación del tren, pese a las decisiones adoptadas en los últimos años, sigue siendo un grave problema para la región. Hace una semana se producía un incendio en uno de los vagones de la línea Madrid-Extremadura. El Ministerio de Transportes minimiza estas incidencias. Pero ese déficit de infraestructuras de conectividad no solo tiene que ver con el tren hacia Madrid. La conexión por carretera entre Cáceres y Badajoz es muy deficiente. La conexión ferroviaria Ruta de la Plata hacia el corredor atlántico es otra de las demandas históricas. Extremadura vota este 28M cargada de desagravios históricos y la sensación de ser una región olvidada. Mientras, Vara promete que los proyectos vinculados a los fondos europeos cambiarán esa historia.

Las ciudades

El Partido Popular confía en seguir gobernando las ciudades de Plasencia y Badajoz. En esta última lo hacea través de Ignacio Gragera, que abandonó las filas de Ciudadanos siendo alcalde, en virtud de un pacto turnista con el PP, para ser candidato popular en las próximas elecciones.

En Cáceres la abstención de Cs, en cambio, dejó el Gobierno en manos del socialista Luis Salaya. En Mérida el PSOE tiene una mayoría muy sólida pero la polémica está rodeando al alcalde por unos audios en los que se le escucha decir que «el que denuncie al Ayuntamiento no va a entrar a trabajar más mientras que esté el PSOE».

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