Reino Unido dilata la respuesta sobre Gibraltar a la espera de investidura

La última ronda negociadora -la novena desde que se produjo el Brexit-, tuvo lugar a principios de noviembre del año pasado. Fue entonces cuando el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, tras una reunión con los alcaldes de los ocho municipios del Campo de Gibraltar y el presidente de la Mancomunidad de Municipios, afirmó que las negociaciones estaban siendo «muy positivas» y que se encontraban «en una fase muy avanzada».

«Confiamos que terminen lo antes posible y de la mejor forma posible», destacó entonces Albares. Tanto fue así que se mostró optimista con que el acuerdo se firmase «antes de que termine el año». Pero va casi otro año desde entonces y las negociaciones permanecen estancadas.

Al silencio británico se suma que el Gobierno de Sánchez está en funciones. Esto significa que, aunque las rondas negociadoras pueden continuar, si Reino Unido aceptase la propuesta de España, con el Ejecutivo actual no se podría firmar ese nuevo marco jurídico que establecería las nuevas relaciones entre España y Reino Unido respecto a Gibraltar tras el Brexit. «Sería un acuerdo histórico y una oportunidad para los dos países, pero a efectos políticos y de relaciones bilaterales, este Gobierno no lo podría firmar», cuenta una fuente consultada por este diario. Si se diera este escenario sin investidura a la vista, el presidente Sánchez debería llevar esta decisión al Congreso.

Mientras tanto, el Gobierno de Gibraltar solicitó a principios de mes el aplazamiento de su intervención en el Cuarto Comité de Descolonización de la ONU, en el que participa desde hace 60 ediciones. Se celebró el pasado día 2, pero como las elecciones en Gibraltar eran el 12, el Gobierno de Fabián Picardo pidió intervenir después. El plazo quedó fijado para el pasado día 18 y por primera vez el ministro principal gibraltareño no acudió a defender la soberanía del Peñón.

Picardo mandó en su lugar a su número dos, el viceministro principal, Joseph García, quien defendió ante la ONU que la pretensión de España de recuperar la soberanía sobre el Peñón constituye una «idea aterradora» que equivaldría a «redibujar» una frontera del siglo XVIII.

«España pretende redibujar una frontera europea a como estaba antes de 1704», denunció García, al tiempo que añadió que «esa es una idea aterradora, con enormes implicaciones que van mucho más allá de Gibraltar». Reivindicó, además, que «ya no estamos en el siglo XVIII» y que ahora «las personas tienen derechos» y «los deseos del pueblo deben ser primordiales».

«Somos un pueblo independiente y distinto de la potencia administradora», afirmó García, en referencia a Reino Unido. «Un pueblo con el derecho inalienable a la autodeterminación, según el Derecho Internacional», apuntó en su intervención, que duró unos ocho minutos. En representación de España acudió la diplomática Elena Gómez, que se encuentra destinada en la Embajada de España ante Naciones Unidas. Por parte del Gobierno no hubo réplica porque en este comité nunca se responde a Gibraltar. «No tiene sentido que un Estado replique a una colonia», concluyen fuentes diplomáticas.