García Ortiz se cree víctima de una venganza y justifica todos sus borrados de datos
El fiscal general del Estado reconoce que reaccionó, según él, ante un «bulo» que se estaba moviendo desde la presidencia de la Comunidad de Madrid
Los peritos de la UCO cercan a García Ortiz: sus borrados fueron «voluntarios» y admitió que «destruyó» su teléfono móvil
Sin toga y finalmente desde el banquillo. Así comenzó este miércoles el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, su declaración como acusado en el Tribunal Supremo ante la negativa de los magistrados a que depusiera desde estrados, como había solicitado. En una alocución ... preparada al milímetro, visiblemente nervioso -atropellado en ocasiones- y presentándose como víctima, contestó únicamente a las preguntas del abogado del Estado Iñaki Ocio, a quien más bien dirigió él que a la inversa, y con una negativa a la única pregunta de la Fiscalía sobre si filtró un correo entre la defensa del novio de Isabel Díaz Ayuso y el fiscal Julián Salto.
A pesar de afirmar que todas las decisiones que tomó a partir del 13 de marzo -cuando 'El Mundo' publicó que la Fiscalía había propuesto un pacto al novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para evitar entrar en prisión por dos delitos fiscales- estuvieron destinadas a proteger a los fiscales -«mi obsesión es la Fiscalía», dijo-, no tuvo problema en cargar contra la fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra. Tanto en instrucción como en el juicio ella declaró que cuando vio la información de los correos de la defensa del novio de Ayuso publicados en la prensa pidió explicaciones a García Ortiz a pesar de que era su superior tras espetarle: «Los has filtrado tú». Él le habría contestado: «Eso ahora no importa».
El fiscal general afirmó este miércoles que le costó tener dicha conversación con la responsable de la Fiscalía de la Comunidad de Madrid porque «le llamé cinco o seis veces y no respondía a mis llamadas». Encuadró la versión de su subordinada en una «acritud» hacia él y hacia su predecesora, Dolores Delgado.
El fiscal general se quita la toga para declarar ante el Supremo y no contesta a la acusación
Juan López Fernández-SordoGarcía Ortiz, que declara ante el Supremo por la revelación de secretos en relación a la investigación contra la pareja de Ayuso, ha decidido prescindir de la prenda que representa al Ministerio Público
«Me costaba mucho entender cómo un fiscal recibe cinco o seis llamadas del fiscal general y no contesta. Le tuve que decir por wasap, porque no contestaba, 'es imperativo' sacar la nota», fue la versión del máximo responsable de la Fiscalía sobre el choque con Lastra.
«Teníamos que reaccionar»
Con la «nota», García Ortiz se refería a la nota de prensa que la Fiscalía General del Estado publicó el 14 de marzo por la mañana, en la que se incluyó el correo electrónico del 2 de febrero de 2024 en el que el abogado de Alberto González Amador, novio de Ayuso, proponía una conformidad al Ministerio Público. La jefa de prensa de la Fiscalía General, Mar Hedo, ya testificó que fue el propio fiscal general quien le «dictó» el citado correo para incluirlo en la comunicación. Este miércoles, García Ortiz justificó por qué decidió desmentir lo que consideró un «bulo» del jefe de prensa de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Miguel Ángel Rodríguez, quien afirmó en redes sociales, después de la publicación de 'El Mundo', que la propuesta de pacto había salido de la Fiscalía pero se echó para atrás por «órdenes de arriba».
«Estaban lanzando la idea de que había un señuelo de la Fiscalía para que pique el señor González Amador y una actuación torticera de la Fiscalía», prosiguió su relato a tanta velocidad que prácticamente era imposible seguirle el hilo. «Si hay un hecho particularmente importante es que la presidenta de la Comunidad de Madrid hace unas declaraciones y dice que hay una persecución contra su pareja. Teníamos que reaccionar», justificó.
Y, en ese sentido, dio su razón sobre por qué reclamó los correos la noche antes: «No tenía ni idea de si había uno, dos o cuántos correos. Yo quería el correo que veía en 'El Mundo' para ver qué es lo que había dicho ese fiscal y hacerme una idea de la situación y reaccionar como reaccionamos».
Negó tajantemente que el objetivo de reclamarlos fuera entregarlos al periodista de Cadena Ser a quien se le acusa de haber filtrado el correo del 2 de febrero: «Desde luego yo no hablé con Miguel Ángel Campos. No cojo llamadas desde que soy fiscal general del Estado porque me volvería loco».
Limpia el móvil todos los meses
En cuanto al principal indicio que obra en la causa contra él, el del borrado y formateado tanto de todas sus conversaciones de WhatsApp como del contenido de su correo electrónico, Álvaro García Ortiz afirmó que «no estoy seguro de que fuera un borrado» y sostuvo que realiza borrados periódicos de sus conversaciones para evitar que datos «muy, muy relevantes» de su móvil, que afectan a otros fiscales, incluso internacionales, acaben en manos de terceros. «No permito que permanezca más de un mes en mi wasap información de carácter profesional. De lo que estoy seguro es de que ni el mes anterior, ni el anterior, ni el anterior, estaban en mi wasap los mensajes de interés para esta causa. Puse a disposición de la UCO lo que tenía y di todas las contraseñas de mis cuentas», defendió.
En cuanto a su correo electrónico, -cuyo contenido fue eliminado desde la cuenta de Google y no desde su dispositivo, según ha podido acreditar la investigación dirigida por el magistrado de la Sala Segunda Ángel Hurtado y como confirmaron este miércoles agentes de la Guardia Civil que declararon como testigos y peritos-, García Ortiz argumentó que lo vació porque comenzó a recibir mensajes amenazantes a raíz de que su cuenta apareció publicada en uno de los informes policiales de la causa. «El atestado del 27 de noviembre se filtró sin anonimizar y salió mi cuenta de Gmail y mi teléfono móvil. A partir de entonces, empecé a tener problemas. Empecé a recibir mensajes amenazantes y feos, muy feos. Pensé que tenía una brecha de seguridad», lamentó.
Negó tener ninguna «animadversión» hacia González Amador, a quien afirmó no conocer, y vino a concluir que la filtración de la que se le acusa no perjudicó a la relación del empresario con la Fiscalía. «El señor González Amador continuó sus negociaciones de conformidad con los fiscales encargados del caso en abril y mayo», dijo. Concluyó su declaración con un alegato que puso en boca de alguien a quien vio antes de entrar a declarar: «La verdad no se filtra, la verdad se defiende. Es el resumen de lo que aquí ha pasado», sentenció.
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