Vigo se suma a la lista de urbes gallegas que ponen coto a los pisos turísticos

La clave de la nueva normativa en la que ya trabaja el consistorio vigués estará en la equiparación de las VUT a los usos hoteleros, lo que pondrán en riesgo la viabilidad de cientos de pisos. «La gerencia de Urbanismo ya firmó el decreto para su inicio», afirmó Caballero el pasado jueves, al tiempo que detalló que el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) ya establece que el Ayuntamiento podrá regular «mediante una ordenanza» la «implantación e intensidad» del uso de las viviendas y apartamentos de uso turístico. En sintonía con este plan, el alcalde explicó que las VUT serán reconocidas como establecimientos del sector terciario por lo que «tienen que comportarse como hoteles». Y las implicaciones de esta comparativa no serán menores. Por ejemplo, porque la ubicación en edificios de este tipo de establecimientos «sólo será posible» cuando tengan una entrada distinta al resto de los residentes. Pero habrá más limitaciones.

Según expusieron fuentes municipales, el ayuntamiento «tiene identificado un crecimiento muy fuerte» de VUT en algunos lugares de la ciudad, especialmente en el centro urbano y en barrios como el Casco Vello, Bouzas, Areal o el Berbés. Como consiguiente, defienden, en esas zonas se genera «una presión sobre los precios del alquiler» por lo que «hay que regular muy bien» la convivencia entre los residentes y los turistas. Por ello, la nueva ordenanza determinará las zonas saturadas, las cuotas máximas por edificio, la compatibilidad de accesos entre los usos turísticos a regular y el resto de usos existentes en el edificio.

Para Caballero, el melón de las VUT que abre la ciudad que lidera a inicios de verano se aborda «con la mejor de las voluntades», pero hay «algo primordial», señala el regidor, que «no se pueden subir los alquileres a los ciudadanos». Vinculando directamente el encarecimiento de alquileres en la urbe con la expansión de los pisos de uso turístico, el concello explicó que el fin último de la normativa es «garantizar la convivencia» entre el uso residencial, «tan importante y notable», con el uso turístico de las viviendas. El inicio de esta ordenanza comenzará con una consulta pública por lo que, durante 20 días estará abierto el plazo para recoger las sugerencias de los vecinos. A partir de ese punto, se llevará a cabo un estudio de análisis del impacto normativo, el concello hará la propuesta, que debe ser aprobada en el pleno y volver a exposición pública y recogida de alegaciones. La dinámica a la que también se adhiere ahora Vigo lleva años generando tensiones en las urbes donde ya se ha implantando.

En el caso de Santiago, el cambio de normativa derivó en el cierre de cientos de pisos turísticos, cuyos dueños siguen peleando en los tribunales. Otros, que mantienen su actividad, viven pendientes de la recepción de cartas por parte del consistorio ordenando su clausura inmediata. El sector afectado, por su parte, insiste en que el problema de la subida de los alquileres no guarda vinculación con las VUT y pide no demonizarlas.