ANÁLISIS

Autonómicas gallegas: comienza el ruido de fondo

A la derecha solo la tumbarán bien sus errores, bien la guerra sucia de sus rivales

02/12/2023
Actualizado a las 20:57h.

La frase es textual. «Cuando hay mucha división, se fracciona muchísimo el voto y hay muchas elecciones legítimas que después no alcanzan representación» y derivan en un voto «inútil». Si estas declaraciones fueran de un Alberto Núñez Feijóo, un Miguel Tellado o un Alfonso Rueda – ... por poner nombres de la derecha–, habría una corriente que no dudaría en atribuirlas al nerviosismo del PP ante una eventual pérdida de la mayoría absoluta en Galicia. Sin embargo las pronunció esta misma semana Lara Méndez, la alcaldesa de Lugo, preguntada por una hipotética integración de Sumar dentro del PSOE ante la cita electoral gallega. Nadie la interpreta como nervios socialistas ante un nuevo fracaso. Misma frase, dos lecturas contrapuestas. Una de ellas, claramente, es interesada.

Una de las habilidades que cabe reconocerle al PSOE es la fabricación de estados de opinión. Sobrevuela España la posibilidad de que el PP pierda la mayoría absoluta en Galicia. Pero es un escenario que no ha reflejado ninguna encuesta publicada hasta el momento –véase la última de Sondaxe– y que las internas del PP tampoco contemplan. Ni por valoración de líderes, ni por valoración del desempeño del gobierno gallego. La Xunta de Rueda no está en mitad de una crisis que haga prever un fin de ciclo como sucedió en 2005 con Fraga.

Sin embargo, la izquierda repite machaconamente esta posibilidad a modo de lluvia fina, para que cale, para que su electorado no se resigne, para que se olvide de la amnistía, de las prebendas a Cataluña, del verificador, de los rejones de los jueces a las decisiones arbitrarias del Gobierno... Es todavía mejor: el PSOE se empeña en darse por ganador en la izquierda, adelantando al BNG, cuando tampoco se contempla esa opción en sondeo alguno. Lo próximo será el CIS pre-electoral de Galicia, y la carta a los Reyes Magos tomará cuerpo por obra y gracia de José Félix Tezanos.

Al final, el ruido de fondo genera una incertidumbre que se alimenta con cualquier cosa. Si Tellado dice que no tiene sentido que Vox se presente en Galicia –porque no lo tiene, como demuestran los últimos tres procesos electorales–, es porque están nerviosos. Si Rueda incorpora nuevas iniciativas en los Orzamentos, es que está aplicando políticas clientelistas pensando en los comicios. Siempre hay una presunción de algo oscuro en la derecha, como si la izquierda estuviera ungida por una pátina de luz liberadora que nos conduce por la senda del progreso infinito. Ruido, solo eso.

La izquierda ahora se aferra a Jácome como elemento para derribar al PP. Y es gracioso (o cínico) cómo los mismos partidos que lo repudian en la ciudad ven en él su salvación para quebrar la mayoría absoluta de la derecha. El globo de DO parece desinflarse sin el aire que podía aportarle Pachi Vázquez, apartado del proyecto porque él quería encabezar la candidatura y el alcalde de Orense exigía ese puesto para uno de los suyos. Ese es el nivel.

Así que, al final, el ruido solo busca meterle el miedo en el cuerpo a un PP que tiene la mejor posición de salida posible: cuatro escaños sobre la absoluta. Es decir, podría ceder uno por provincia y seguir al frente de la Xunta. Y hay territorios donde ha demostrado una fortaleza considerable en generales y municipales (véase Lugo o La Coruña). A la derecha solo la tumbarán o bien sus errores, o bien la guerra sucia que contra ella emprendan sus rivales. Porque en unas elecciones todo vale. Ya verán.