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Juan Soto - El Garabato del Torreón

Vandalismo protegido

¿Qué maldición es esta que incrusta en las corporaciones locales a los más burros de la parroquia?

Existe algo peor que el sectarismo: la estupidez. Y tanto el sectarismo como la estupidez son magnitudes perfectamente mensurables cuya gradación oscila entre lo llevadero y lo insufrible. En algunas personas, estupidez y sectarismo se adhieren hasta formar una unidad hipostática. Esta variedad zoológica suele ... ser relativamente abundante en las instituciones públicas, todas ellas concienzudamente trufadas, en porcentajes variables, por lo peor de cada casa, es decir, por la morralla más petulante de la banda. Hay capitales de provincia en las que para llegar a concejal parece que le exigen al aspirante un certificado de tonto de capirote. «¿Y tú qué sabes hacer?», le preguntan en el partido. «Servidor, salvo chupar del bote, nada de nada». «Pues que lo incrusten entre los tres primeros de la lista».

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