Feijóo recuerda que en Cataluña se cumple la ley «afecte a quien afecte»

«Quiero decirle a todos los altos cargos de la Generalitat y el resto de comunidades autónomas que estamos sometidos a lo que digan los jueces y propongan los fiscales» . Así despachó Feijóo su valoración sobre las detenciones desarrolladas en Cataluña y que afectaron a más de una decena de responsables del Govern de Puigdemont. El presidente gallego quiso enviar un mensaje público de «tranquilidad»: una llamada a «racionalizar» los últimos acontecimientos y así tratar de rebajar la tensión. En ese sentido, reivindicó que el único bálsamo posible contra la desobediencia es el empleo sereno de las leyes: «Todas las decisiones del Estado de Derecho contribuyen a calmar los ánimos» . Al contrario que las «decisiones ilegales», que solo ayudan a «caldear» el clima político y a fracturar a la sociedad catalana.

En el interior del salón de actos de la facultad de Ciencias Políticas de la USC, Feijóo escuchó las palabras de Joaquim Brugué, el catedrático que abandonó la comisión organizadora del 9-N por considerar que no contaban con suficientes «garantías democráticas». Brugué aprovechó su breve intervención para hacer una «reivindicación de la política» y de la necesidad de buscar «soluciones» dialogadas a los conflictos que amenazan la convivencia. Lo hizo citando frases como la del ensayista y especialista en populismos Daniel Innerarity: «La política es aquello que nos permite vivir juntos siendo diferentes» .

El titular de la Xunta recogió el guante. Hizo suya la apología de la política —«hoy más necesaria que nunca»— y validó la «codicia identitaria» de los gallegos como modelo para integrarse en el mundo . Una Galicia «en medio de círculos concéntricos» que no necesita poner a los ciudadanos entre la espada y la pared de las identidades: «Nos permite sentirnos igual gallegos, españoles, europeos y americanos».

El órdago del secesionismo separa también a la izquierda gallega, entre quienes secundan las acciones del Estado y los que ven una estrategia de autoritarismo. El portavoz socialista, Xoaquín Fernández Leiceaga, es de los primeros. Manifestó que la Moncloa «tiene que impedir» el referéndum ilegal pero al mismo tiempo reclamó una política de guante de seda: «Defensa de la legalidad, pero con proporcionalidad» . La voz del PSdeG en el Parlamento y candidato a las primarias señaló que, detrás de las medidas judiciales, se necesita iniciar «un proceso de diálogo con las autoridades» de la Generalitat.

El viceportavoz de En Marea, Antón Sánchez, no se apartó del guión trazado en las últimas semanas a favor del derecho a decidir y acusó al PP de «pisar el acelerador autoritario» . El también líder de Anova cree que el Gobierno de Rajoy sigue una «estrategia de represión de la democracia» que pasa gradualmente del «estado de excepción» al «miedo» para evitar la consulta, suspendida por el Tribunal Constitucional.

El mismo aliento brinda el BNG a los secesionistas. Ana Pontón, de viaje ayer en Ginebra, comparó las detenciones con un regreso «a los tiempos de la larga noche de piedra» y cargó contra los populares por pasarse «todas las líneas rojas» para atajar el 1-O.