«Antes era una suicida en potencia»

Desde su inclusión hace dos meses en el programa de teleseguimiento de pacientes crónicos, afirma, la transformación ha sido clara: sus niveles de glucosa siguen elevados, pero ha mejorado su dieta, ha dejado de sufrir mareos, y, sobre todo, estrena nueva actitud. «Es difícil de entender. Mi cuadro es complejo: diabetes, hipertensión, una necrosis en el riñón izquierdo, un ictus leve en 2014, tratamiento para el corazón... Y a pesar de que siempre he tenido a familiares y amigos detrás pidiéndome que me cuidase no ha sido hasta que he empezado a enfrentarme cada día con los datos de mis mediciones que he comprendido la gravedad de lo que estaba haciendo », expone. Parte de la explicación, sostiene, se encuentra al otro lado, en el «aliado» que desde la consulta repasa los datos que ella envía. «Es que al día siguiente ya me está llamando, preocupándose, preguntándome ‘¿Yoli, qué ha pasado?’ si una medición empeora. Siento también una importante responsabilidad hacia él, pienso que no le puedo fallar», relata.

Su aliado al otro lado de la plataforma es Felipe Calle, su médico de familia, jefe de servicio de Atención Primaria de Santa Comba-Mazaricos y uno de los profesionales implicados en el desarrollo del programa Telea, presente hasta la fecha en 16 centros de salud gallegos. Según las previsiones del Sergas, llegará a lo largo de 2018 a la totalidad del territorio. Actualmente, apunta Calle, son 102 los pacientes crónicos en teleseguimiento en Galicia , 36 en Santa Comba-Mazaricos. «Estamos empezando, llevamos seis meses con él , tres de ellos de pilotaje, corrigiendo errores, introduciendo mejoras en la aplicación, pero las sensaciones son buenas, tanto entre los usuarios como entre el personal sanitario», apunta.

El trabajo, explica Calle, arrancó con la adaptación de guías clínicas a las posibilidades de teleasistencia abiertas por las nuevas tecnologías y con el diseño de un sistema de alertas que facilita la lectura de los datos volcados por el paciente. Por el momento, el Telea está habilitado para la supervisión de pacientes con hipertensión, sospecha de hipertensión arterial (siete días de mediciones), diabetes e insuficiencia cardíaca crónica estable. Próximamente se añadirá la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) .

Como centro piloto, afirma, Santa Comba supuso un reto. «Se quería empezar por lo más difícil, un entorno rural, con dificultades en las conexiones de internet y el handicap añadido de que tenemos un índice de envejecimiento mayor que la media gallega», relata. Yolanda Pereira hace hincapié en la necesidad de reforzar las coberturas en el rural —la señal de internet es débil en su lugar de residencia, Vilar de Céltigos, por lo que la mayor parte de las veces envía sus datos desde su puesto de trabajo o desde una cafetería.

Aun así, la experiencia funciona. El usuario, expone Calle, debe contar con algún dispositivo susceptible de conectarse a internet (ordenador o tablet), disponer de tensiómetro, báscula o el instrumento indicado para cada medición y tener capacidad para introducir sus resultados en la plataforma. En ocasiones, señala, la brecha digital se solventa a través de hijos o cuidadores del paciente consiguiendo una ventaja añadida: la coparticipación del entorno en el seguimiento del paciente. En la selección, apunta, también se evalúan los posibles beneficios en términos de ahorro de visitas al centro y de personalización de tratamientos : «Un paciente que está viniendo cada semana al centro a hacer curas de una úlcera no va a encontrar beneficio frente a que le midamos las constantes aquí, y otro con una insuficiencia cardíaca crónica estable, donde los tratamientos son muy sensibles a pequeñas variaciones de peso, sí va a beneficiarse mucho de este seguimiento estrecho», ejemplifica.

Con la expansión del programa, indica Felipe Calle, la acumulación de datos y pacientes en seguimiento suministrará información clave para completar estudios sobre el impacto y eficacia de esta forma de supervisión a distancia en términos de ingresos hospitalarios evitados o reducción de episodios de descompensaciones.