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Alfonso Rueda: «La crisis no derriba gobiernos, sino a malos gobernantes»

«Hemos sacado el mejor resultado posible en el peor momento inimaginable y eso se debe a que no maquillamos la realidad: la afrontamos», afirma el hombre fuerte de Núñez Feijóo

Alfonso Rueda: «La crisis no derriba gobiernos, sino a malos gobernantes» miguel muñiz

e. p. rodríguez-somoza

—Cuarenta y un escaños y sin embargo hay una sensación de euforia contenida a todos los niveles en el partido. ¿ Miedo a caer en triunfalismos?

—Principalmente lo que hay es una sensación de enorme responsabilidad. La gente no espera de nosotros festejos electorales, ... sino trabajo desde el minuto uno para poner remedio a los problemas de Galicia. La crisis no da tregua y por tanto no hay que olvidarse de ella un solo instante: cerradas las urnas, vuelta al día a día.

—Han tenido tiempo de analizar los resultados. ¿Conclusiones?

—La primera es que la crisis no derriba gobiernos, sino a malos gobernantes. Hemos sacado el mejor resultado posible en el peor momento inimaginable y eso se debe a que no maquillamos la realidad: la afrontamos. Dijimos la verdad y eso la gente lo valora. Además, creo que tuvimos el mejor candidato dentro del mejor partido.

—Pero no es un cheque en blanco, así lo reconoció Feijóo.

—Por supuesto que no. El caudal de confianza que han depositado en nosotros los ciudadanos exige mantener vivo nuestro pacto con ellos. Ganar unas elecciones no consiste en consultar a la gente cada cuatro años, sino en gobernar para todos cada día de la legislatura. Lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo.

«Dijimos la verdad y eso la gente lo valora»

—Ha dirigido varios procesos electorales que acabaron en importantes victorias. Hay quienes le identifican como el talismán del PP gallego.

—El talismán del PP de Galicia es Alberto Núñez Feijóo. Las campañas no son más que el tramo final de proyectos de cuatro años. Y cuando la gestión de toda una legislatura acompaña, lo que sucede en los últimos quince días es menos importante.

— ¿ En qué se ha basado el éxito de esta última campaña?

—Ganamos reconociendo que había crisis y declarándonos su enemigo número uno. Además, hemos hecho los deberes siendo austeros cuando había que serlo, protegiendo a los más desfavorecidos de los ajustes que otros no tuvieron más remedio que afrontar, y blindando servicios públicos que hoy están entredicho en otras autonomías. Aprovechamos al máximo cada euro de la Xunta como las familias exprimen cada día sus recursos para llegar a fin de mes. Por eso hemos logrado que más gallegos se identificaran con el partido del Gobierno que con los partidos de la oposición.

—Si en algo le ganó el PSOE fue en la sintonía de campaña. Los Limones no han acabado de gustar, dicen que es cosa suya, como amigo personal de Santos, a usted le gustaba, claro.

—La sintonía de campaña logró su objetivo: que se hablara de ella, que se escribiera de ella en los periódicos, que se le pegara incluso a aquellos a los que la canción no les agradaba. Por todo ello, objetivo conseguido. Por otra parte, no estoy de acuerdo en que no gustara a nadie. Creo que Santi, que es un músico como la copa de un pino, entendió, igual que en 2009, lo que le estábamos pidiendo, y nos hizo una canción que tuvo en una semana cuarenta mil descargas en internet.

«El mejor sucesor que puede tener Feijóo es Feijóo y los demás estamos para ayudar»

—Le dibujo un posible escenario que miembros de su partido dan por sentado: Feijóo como sucesor de Rajoy y usted, en la presidencia de la Xunta.

—Le dibujo yo otro: Rajoy gobernando muchos años una España post-crisis y Feijóo al frente de la Xunta hasta que los gallegos quieran. El mejor sucesor que puede tener Feijóo es Feijóo, y los demás estamos para ayudar en ese objetivo.

—¿Agotará entonces el presidente este segundo mandato?

—Con esa voluntad se presentó a las urnas y de hecho reafirmó su compromiso la pasada semana de forma pública. Y yo le creo.

—¿Está su vida política ligada a Feijóo?

—Sí, y creo que en eso he tenido mucha suerte.

—Los guiños hacia usted durante la campaña y tras los comicios han sido una constante. ¿Vicepresidente?

—A cualquiera le gusta que le reconozcan su trabajo, y por eso yo le agradezco muchísimo al presidente esas manifestaciones públicas que hizo, que yo hago extensivas a todo el equipo que formamos en el partido y en la Xunta. A partir de ahí, ¿dónde me veo yo? Pues donde decida Feijóo, aunque suene a tópico. En todo caso, mis aspiraciones están más que colmadas, y creo que con el modelo actual tampoco nos ha ido nada mal.

«Desconozco el futuro gobierno, pero mis compañeros actuales son magníficos»

—¿Cree que repetirá la mayor parte del Gobierno? ¿Cuántos de los conselleiros actuales lo harán?

—La composición del Gobierno es competencia exclusiva del presidente y, al menos por el momento, a mí no me ha comentado o planteado nada. Personalmente creo que mis compañeros y compañeras en el Gobierno, tanto de forma individual como en su conjunto, son magníficos y han hecho un gran trabajo en las circunstancias más difíciles.

—«Feijóo consulta el Gobierno consigo mismo». Es una frase suya, pero algo le habrá dicho. ¿Hay nombres ya?

—Y es una gran verdad, créame, al menos inicialmente. El único nombre confirmado, el más importante de todos, es el del presidente. No me consta que haya más fijos pero en todo caso es una incógnita que se despejará en muy pocos días.

«La gente es mucho más inteligente de lo que parecen pensar algunos partidos»

—¿En algún momento pensaron que podrían llegar a perder la mayoría?

—Nosotros acudimos a las urnas con los deberes hechos. No hicimos todo lo que hubiéramos querido, pero sí todo lo que pudimos. A partir de ahí, confiábamos en que la sociedad gallega entendiera nuestras políticas. Pero el pueblo soberano es quien decide, y ese nunca se equivoca. Las circunstancias que nos tocó gestionar no podían ser más complicadas, y por lo tanto siempre tienes esa incertidumbre. Visto el resultado, no cabe sino felicitarse y constatar que la gente es mucho más inteligente de lo que parecen pensar algunos partidos, a la vista de sus lemas de campaña y de las cosas que dijeron durante la misma.

—135.000 votos menos. ¿Preocupante?

Que te vote menos gente que la última vez nunca es un buen dato, lo estamos analizando y haremos todo lo posible para corregirlo. Dicho esto, hay algunas consideraciones que ya se pueden hacer ahora: la gente vota con más intensidad para cambiar gobierno que para mantenerlos. Lo hizo para aupar al bipartito en 2005 y lo hizo, en cifras récord, para echarlo en 2009. El nivel de participación en estas elecciones, aunque más bajo que en las anteriores, es similar, por ejemplo, al del año 2011, donde el PP también obtuvo 41 diputados. Además, al cambiar el sistema de voto, la participación de la emigración, al contrario que en otras ocasiones, ha sido prácticamente testimonial, y por eso hay que agradecer doblemente el esfuerzo de los que si han votado.

«El nivel de participación en estas elecciones es similar al de 2001»

También es cierto que en 2009 la suma de PSOE y BNG superaba en votos al PP y en esta ocasión la suma de PSOE, BNG y AGE está por debajo de los apoyos que hemos cosechado. En todo caso, como le digo, no eludiremos los análisis pormenorizados.

—En relación a los comicios municipales, la pérdida de apoyos en Pontevedra dispara la curva (32.867 menos). Estaba en sus sondeos internos la posible pérdida de un escaño…

—La pérdida de escaños no. De hecho, hemos mantenido el fantástico resultado de 2009. Es cierto que perdemos votos pero conviene recordar que no gobernamos en las dos principales ciudades de la provincia y también que hay circunstancias específicas que incrementan el voto crítico hacia el partido gobernante: mayor índice de paro, problema de las preferentes, etc.

—¿Nota desafección entre los ciudadanos hacia la política? No parece que los casos de corrupción ayuden.

—Sí percibimos un alejamiento entre los ciudadanos y los políticos y uno de nuestros principales retos en esta legislatura es minimizar o reducir la brecha existente. La corrupción no ayuda y por eso tenemos que trabajar intensamente para que ningún dirigente se beneficie de la política a nivel personal.

—Ante una pérdida generalizada de votos, ¿no es más grave el descenso donde se gobierna?

—Es evidente que hay decisiones que tienen un mayor efecto en poblaciones urbanas que en lugares de menos habitantes. Por ejemplo, aquellas que afectan a los funcionarios. Además, en esos entornos urbanos se sigue la política nacional con mayor intensidad. En todo caso, el comportamiento del voto en las grandes ciudades lo vamos a estudiar para mantenernos como fuerza hegemónica en ellas.

Dicho esto, en este momento gobernamos tres ciudades y la extrapolación del resultado de autonómicas nos concedería la mayoría absoluta en dos. Hemos sido la fuerza más votada en las siete y a mucha diferencia del resto de partidos. No nos conformamos pero conviene valorar el contexto en su justa medida.

«No es momento de hablar de candidato municipales», declara sobre Guerra y Vigo

—Es una realidad que Vigo tiene menos apoyo, pero también que es la urbe más azotada por la crisis. Naval, preferentes… Es una plaza complicada de torear. Guerra aparece como candidato en muchas quinielas.

—Aún no es momento de hablar de candidatos municipales. Lo que sí es cierto es que el partido en la ciudad ha ganado las elecciones y vamos a trabajar para que la diferencia con el resto de fuerzas se acreciente. Buscaremos ese incremento de voto con medidas positivas y no haciendo de la confrontación un modo de supervivencia política del que viven en exclusiva algunos dirigentes, sin ir más lejos, en la ciudad de la que estamos hablando.

«Los que metieron a Rajoy y Rubalcaba en campaña fueron otros. Ya tienen respuesta»

—Si tal como se dice la mayoría absoluta de Feijóo respalda la gestión de Rajoy, entonces ¿qué parte de responsabilidad tiene Rubalcaba en el descalabro del PSdeG?

—Nosotros no planteamos esta campaña como un plebiscito de la política nacional. Era una campaña hecha en Galicia para Galicia. Los que sí metieron a Rajoy y Rubalcaba en campaña fueron otros partidos, especialmente el Partido Socialista. Si querían plebiscito, ya tienen su respuesta. En todo caso nosotros insistimos en que lo que estaba en cuestión aquí era si Galicia avalaba el gobierno de Feijóo o si Galicia avalaba el modelo de oposición de PSOE y BNG.

— ¿ Hubiera dimitido en la piel de Vázquez y Jorquera?

—Por fortuna no me he visto en una situación semejante y además no me veo dando consejos u orientando las decisiones de otros partidos. Eso sí, cuando ellos tuvieron que actuar respecto a dirigentes de sus partidos que se vieron en circunstancias parecidas a las suyas actuales, dudaron muy poco a la hora de pedirles que se fueran. Es curioso verles hablar ahora de pausadas reflexiones.

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