Casi 300.000 mayores de 55 años para sostener la economía gallega
El sector sénior representa el 22% del total de la fuerza laboral de la región
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Una persona trabaja con madera
Los trabajadores mayores de 55 años emergen como un sector de la población estratégico para dinamizar el mercado laboral y sustentar la economía en el corto y medio plazo. España cuenta con una de las mayores esperanzas de vida del mundo y ... es el segundo país con menor número de nacimientos de toda la Unión Europea, lo que ha disparado la necesidad de apostar por los perfiles sénior de cara a satisfacer la demanda del entramado productivo. En el caso de Galicia se contabilizan un total de 278.900 personas activas —que tienen trabajo o lo buscan— mayores de 55 años, que suponen el 22% del total de la fuerza laboral de la región. Hace diez años este grupo representaba el 13%, según recoge un reciente informe publicado por la Fundación Adecco, lo que supone un incremento del 42% en la última década y del 81% desde 2003, cuando se registraron 153.300 personas activas de más de 55 años en la comunidad.
Galicia ocupa la séptima posición en la proporción de mayores de 55 años entre el total de la población activa española, casi dos puntos porcentuales por encima de la media nacional (20,4%). La clasificación la lideran Castilla y León (24,9%), Asturias (23,7%) y Euskadi (23,1%). Por provincias, Lugo presenta el tercer mayor índice (27,3%) de toda España, tan solo por detrás de Segovia (28,5%) y Zamora (27,5%), dato que profundiza en la gran disparidad que existe en la zona del interior de Galicia en lo que respecta al envejecimiento poblacional. En total, en el territorio gallego se contabilizan 213 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16 años, una proporción que continúa aumentando «a un ritmo desbocado» y que amenaza la viabilidad futura del actual modelo.
Ante este panorama, uno de los asuntos más preocupantes es la ausencia de un relevo generacional positivo que se hace todavía más patente en la denominada España vaciada, donde la población activa presenta una edad media cada vez mayor. De forma concreta, el 35,7% del tejido empresarial cree que tendrá dificultades para sustituir a los empleados que se jubilen por falta de personal formado en su área de negocio, especialmente en sectores como el de la hostelería, la construcción, el transporte y la industria, de acuerdo con el Grupo Adecco. Un contexto sorprendente si tenemos en cuenta que España lidera la Unión Europea con un desempleo juvenil del 27,4% incapaz de tomar el relevo de los 'baby-boomers', generación que supera ya los 55 años.
Romper con los prejuicios
A pesar de su creciente importancia para el buen funcionamiento de la economía del país, los mayores de 55 años siguen sufriendo de discriminación laboral, ajustando todavía más la franja productiva. Este sector de la población enfrenta grandes prejuicios y estereotipos que pueden conducirlos a la inactividad, al desempleo de larga duración e, incluso, a jubilaciones forzosas y anticipadas, supuestos que se vieron impulsados durante la pandemia. Se trata de una realidad laboral controvertida ante la necesidad de «prolongar la vida activa» de los trabajadores dentro de un «contexto de envejecimiento sin precedentes» en el que «la edad de jubilación» de los países del entorno próximo «tiende al alza».
Por ello, Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco insiste en la urgencia de «potenciar el talento sénior como motor de competitividad» pues «su contribución y aporte resulta clave para la sostenibilidad del país». Un importante desafío cuyo punto de partida, según Mesonero, debe sustentarse sobre «la formación y el reciclaje profesional». De este modo, cualquier trabajador mayor de 55 años que se quede sin empleo no se sentiría desplazado del mercado laboral ni se vería obligado a enlazar su periodo de inactividad con la jubilación, prolongando su desarrollo personal y su carrera profesional.
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