Feijóo exige a Sánchez que renuncie a su reforma unilateral del Código Penal si quiere renovar el Poder Judicial

En su comparecencia Feijóo ha estado acompañado por Cuca Gamarra, Esteban González Pons, Elías Bendodo y Carmen Navarro, todos miembros del Comité de Dirección. Los diputados y miembros del PP consultados después han aplaudido el discurso de su jefe de filas, tanto por el fondo como por la forma.

En un tono serio y firme, Feijóo ha pedido «solemnemente» que se rebaje la actual escalada verbal «que el actual presidente del Gobierno inició al hablar de la existencia de un complot y de golpismo en España». «Basta ya de hablar de golpes de Estado. Basta ya de hablar de intrigas contra la democracia. Basta ya de llamar fachas con toga a jueces. Basta ya de decir que quien no está perfectamente alineado en el modo e instante de Sánchez es un fascista o un conspirador».

El líder del PP ha exigido que se deje de impugnar el sistema «que ha traído a nuestro país los 40 años de mayores libertades, de mayor estabilidad política, libertad social y prosperidad económica de nuestra historia», y ha responsabilizado de ello al Gobierno, encabezado por su presidente.

Esa ha sido la primera petición que Feijóo lanzó a Sánchez. Ha añadido otra: basta ya, ha dicho, a las cesiones al independentismo. Ha calificado el mandato de Sánchez de «legislatura estrambótica» y le ha advertido de que sus decisiones políticas no suponen hacer historia, sino «deshonrar la tradición democrática de nuestro país».

Feijóo ha advertido de la «obsesión» del Gobierno por controlar las instituciones democráticas, y se refirió al CIS, al CNI, a la Fiscalía, entre otras. Se ha centrado en los últimos 45 días, en los que Sánchez ha regalado a los independentistas la derogación del delito de sedición: «Lo ha hecho en el puente de Todos los Santos y la ha votado en la madrugada de un jueves», dijo; ha anunciado que rebajará la malversación a condenados por corrupción, «en el puente de la Constitución», y ha decidido modificar el criterio de elección del Constitucional «para contentar al independentismo e incluir en él a altos cargos del PSOE, «y sus planes consistían en aprobarlo casi en la víspera de Nochebuena». Su conclusión es que esas medidas no respondían al interés general, sino que solo era y es urgente para los independentistas.

Ante la decisión del Tribunal Constitucional y la escalada verbal de miembros del Gobierno y sus aliados, Feijóo ha asegurado que no se impide el debate ni la derogación de las reformas planteadas: «Lo que ha dicho es que esa votación se haga conforme a la Constitución. Punto. Lo que ha dicho es que el Gobierno central iba a acometerla mediante una cacicada que no tiene cabida en nuestro Estado de derecho. Es una mera cuestión formal que nada afecta al fondo».

Feijóo ha defendido el recurso del PP frente a los ataques del Gobierno porque suponía una defensa de las Cortes Generales, y no un ataque al Parlamento, como sostiene la izquierda. «Por muy Pedro Sánchez que se sea, no se puede pasar por encima de las leyes, la Constitución y la democracia», ha avisado Feijóo.

En el PP ven un paralelismo entre la forma de actuar de Sánchez y la estrategia de los independentistas catalanes, como la descalificación de los órganos del Estado, «la exclusión de la oposición democrática de cualquier proceso decisorio importante, o la postergación del Parlamento mediante atajos que quieren evitar los controles democráticos». «No solo se cede en todo ante los independentistas, sino que se copia su estilo de hacer política», ha denunciado Feijóo.

El presidente del PP ve una salida a toda esta situación. Consiste en la estrategia de la mano tendida, que puso en práctica nada más llegar a la presidencia nacional del PP, a pesar de los desprecios de Sánchez. A su juicio, es responsabilidad del presidente del Gobierno frenar «esta decadencia» y que las grandes decisiones que afectan al Estado se acuerden entre los dos grandes partidos, el PSOE y el PP.

Feijóo se ha ofrecido como aliado constitucionalista y centrista de Sánchez, si éste abandona a sus socios actuales: «Siempre ha tenido la posibilidad de una alternativa constitucionalista, centrada y con sentido de Estado y hoy la volvemos a ofrecer. Y en lo que a mí respecta, mientras sea presidente de este partido tendrá un aliado, porque no estoy dispuesto a que los líos en los que Sánchez se mete solo sean eternamente los líos de todos los españoles».

Como siempre, ha puesto varias condiciones: que renuncie a modificar el Código Penal a toda prisa y sin los informes correspondientes; que tipifique el referéndum ilegal, mantenga el delito de sedición y las penas por malversación y que renuncie a controlar a los jueces. Con esas premisas, el diálogo e incluso la renovación del Consejo General del Poder Judicial sería posible, según ha señalado. De lo contrario, Feijóo solo admite una salida posible: el adelanto de las elecciones.