Podemos, por su parte, ha incrementado el tono y la líder del partido morado, Ione Belarra, ha calificado la decisión del Alto Tribunal como «un golpe sin precedentes a la democracia». El portavoz parlamentario de la formación, Pablo Echenique, había invitado la mañana del lunes a «no acatar el fallo» en caso de resultar contrario a los intereses del Gobierno, como finalmente fue.
Tampoco Pablo Iglesias ha dejado pasar la oportunidad para dar su particular opinión sobre la decisión del Tribunal Constitucional. El lunes por la noche, en un programa de la cadena SER, donde participaba como invitado, acusó a la derecha de «golpista» y calificó la decisión del TC de «golpe de Estado camuflado». Además, reivindicó el papel de Podemos como «único partido» que pide desobedecer la decisión judicial.
Posteriormente, ha citado un tuit que defendía que, «si quieren imponerse con 'lawfare', tendremos que salir a la calle a defender la democracia». La traducción de 'lawfare' es la de la guerra de la ley, el término al que recurre la izquierda para cuando las decisiones judiciales les enmiendan sus iniciativas.
Según el análisis que explicó en la radio, «cuando se produce un desafío como este, hay que responder con altura de Estado, y significa aplicar la dirección del Estado». Además, cree que a «la otra parte del Estado», refiriéndose al Gobierno encabezado por Pedro Sánchez, «le tiemblan las piernas» para responder como Iglesias considera.
En su opinión, es «la mayoría del Congreso que representa la soberanía popular la que deber recuperar el orden constitucional, que se está violando». Esta defensa del papel de la Cámara baja contrasta con la opinión del propio Iglesias cuando se convocó la manifestación bajo el lema 'Rodea el Congreso' con motivo de la investidura de Mariano Rajoy en el 2016. Dos años más tarde, cuando Vox entró con quince diputados en el Parlamento de Andalucía, el exlíder de Podemos decretó la «alerta antifascista», y los diputados de PSOE y la formación morada se manifestaron el día de la constitución del pleno autonómico.
Finalmente, Iglesias ha invitado a las fuerzas que constituyeron la mayoría de la investidura a diseñar una estrategia legislativa de defensa, porque «lo que tienen enfrente son conspiradores, ha rematado. Además, en su opinión, Pedro Sánchez debería «aceptar el órdago» y convocar elecciones generales anticipadas. Algo que hubiera ocurrido si Iván Redondo permaneciera en Moncloa: «Hay alguien en su casa con un tablero de ajedrez que está diciendo: «Si siguiera yo en Moncloa, el presidente veía el órdago mañana y convocaba elecciones generales»».
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