Feijóo asume la oposición para liderar el rechazo a la amnistía
El PP convoca el 24 de septiembre, dos días antes de la investidura, un «gran acto» en Madrid contra el borrado de delitos de la élite independentista
El líder popular llama a participar «a todos los constitucionalistas»
Mientras tanto, el PSOE comienza a retratarse
Alberto Núñez Feijóo (PP) y Javier Esparza (UPN), durante su encuentro para la investidura
El PP entra en fase de oposición frontal a las negociaciones del Gobierno con el independentismo catalán. Alberto Núñez Feijóo quiere poner ya ahí el foco, aún cuando todavía está inmerso en su proceso de investidura como candidato a la presidencia del Gobierno. En ... Génova reconocen que la investidura de Feijóo es ya imposible, pero enmarcan esta convocatoria como gran acto previo en una semana en la que Feijóo gozará de mucho foco. Que aprovechará para explicar cuál sería su proyecto para el país, pero también «qué es lo que no haría nunca». Enfatizando dos ideas fuerza: la igualdad entre españoles y «no ser presidente a cualquier precio».
El propio Feijóo justificó ayer en Trece TV la convocatoria del acto el domingo 24 de septiembre en la plaza de España de Madrid en la necesidad de «defender la Constitución Española y la necesidad de hacer acuerdos de Estado para salir de esta cárcel en la que nos quieren meter los independentistas y el señor Sánchez». Además, hizo un llamamiento «a todos los constitucionalistas» a participar.
La iniciativa del líder del PP contra la amnistía tiene el respaldo de los principales barones del partido. «Muy bien el presidente llevando la iniciativa y apretando: mociones, Senado y ahora esto. Muy bien», resumen desde uno de los Gobiernos que el PP pilota con mayoría absoluta.
Varios barones que asistieron a la tradicional comida posterior a la Junta Directiva Nacional, celebrada el lunes, confirman a ABC que en ese cónclave el presidente del PP les anticipó la idea de una movilización contra la amnistía. «Esto lo hablamos en la comida del lunes», transmite un presidente autonómico. «Así es. El lunes se habló del acto del día 24. Y de una posible manifestación si surgía», apunta otro barón regional.
Cuando la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, anunciaba en la mañana de ayer ese gran acto, se ponía el broche a una estrategia que Feijóo abrió el lunes anunciando que el PP llevaría a todos los ayuntamientos, diputaciones y parlamentos autonómicos el debate sobre la amnistía. Se presentarán una serie de mociones en todas las instituciones, cuyo contenido será sustancialmente el mismo en toda España. El martes Feijóo anunció que pedirá la constitución en el Senado de la Comisión General de comunidades autónomas para que todos los presidentes autonómicos puedan opinar sobre la amnistía, y las posibles cesiones de Pedro Sánchez al independentismo catalán. «Lo que digan o no digan Barbón, Chivite y Page será muy interesante», dicen en Génova.
Ayer en el PP se trazaba esta sucesión cronológica de acontecimientos para explicar que el anuncio no responde a una reacción al llamamiento en la víspera del expresidente del Gobierno, José María Aznar, en pos de una movilización cívica. «No es una reacción a Aznar. Si lo fuera no pasaría nada», expresan en Génova para insistir que hay sintonía con el antiguo máximo dirigente del PP. Que ha tenido, por cierto, un papel muy destacado en las recientes campañas electorales.
El coste de la amnistía
En el PP detectan que este asunto puede suponer un coste muy importante para los socialistas, algo que no es desdeñable cuando todavía no puede descartarse que haya una repetición electoral: «La amnistía es una cuestión muy divisiva. Es asimetría y desigualdad. Nadie lo defiende convencido», reflexionan desde la calle Génova. Su objetivo es tensionar el debate político en torno a esta cuestión, poniendo en el centro la idea de la igualdad entre españoles como prioridad. Si el malestar social se expresa de forma muy clara, el PP cree que se puede «convencer a Sánchez de que es un precio muy caro y que no lo pague», lo que llevaría a una repetición electoral. O que si decide afrontarlo, «empiece a sudar tinta desde el minuto uno».
A partir de aquí, cuando la negociación entre Pedro Sánchez y los independentistas avancen se valorarán nuevas acciones. Feijóo ya habló el lunes de que la vía judicial no está descartada. El anuncio de este acto consolida ese planteamiento estratégico que ha asumido Feijóo. El líder del PP, todavía candidato a la investidura, ya no oculta en sus discursos que su horizonte es la oposición. Y ha decidido hacer énfasis precisamente en esa idea, la de que él probablemente no asumirá la presidencia porque no está dispuesto a ceder lo mismo que Sánchez.
Hay una buena parte del partido que se siente más cómodo en ese marco. Y no en el desgaste de un intento de investidura cuya oportunidad siempre ha sido cuestionada por algunas sensibilidades al entender que suponía demasiada exposición y durante demasiado tiempo. Aunque el hecho de que esta movilización se vaya a producir antes de la investidura de Feijóo y cuando la amnistía no es todavía una realidad genera algunas dudas en algunos. «¿Qué haremos cuando definitivamente la aprueben?», duda un cargo del PP.
En el otro lado, los que creen que este discurso más duro llega tarde. Y lamentan los «bandazo» de las últimas semanas en relación a Junts. Reclaman que el partido aclare ya si va a acudir a la manifestación del 8 de octubre en Barcelona, convocado por Sociedad Civil Catalana. En la sede central del partido aseguraban ayer que el PP también tendrá representación organizada en esa marcha. Pero piden tiempo para definir la agenda. Isabel Díaz Ayuso o Cayetana Álvarez de Toledo ya han anunciado su presencia. Génova insiste en que todo ha respondido a una estrategia: encarecer el precio de una eventual investidura de Sánchez. Además de otro planteamiento, mucho más a largo plazo, consistente en mejorar la capilaridad del PP en Cataluña y País Vasco. Y es que el PP muestra estas semanas una enorme plasticidad entre su capa dirigente. Prácticamente nada de lo que ha hecho Feijóo estas semanas ha encontrado unanimidad en el partido. La negociación de la Mesa del Congreso, la oferta al PSOE, la disposición a hablar con Junts, la posterior reconciliación con Vox, la referencia al «encaje» de Cataluña o ahora esta apuesta por la movilización total contra la amnistía.
No todas las cuestiones han sido compartidas por todos los miembros de la dirección o por los barones y los principales alcaldes. Pero, a la vez, nadie ha cuestionado todo en su conjunto ni esas discrepancias alcanzan al liderazgo de Feijóo. Génova defiende que «no hay bandazos» y que «todo responde a un plan», que insiste en la estrategia de ser competitivo en distintos espacios: «Hemos protegido el flanco central ofreciendo al PSOE un acuerdo y reivindicando un discurso de moderación, pero a la vez estamos siendo muy duros en este tema y hemos reconstruido los puentes con Vox», dibujan en Génova para presentar todo este proceso de investidura como un periodo más productivo de lo que muchos creen en el partido, donde hay ganas de que todo se clarifique para que el partido pueda organizarse.