La doble vara de Sánchez con las protestas, las urnas y las investiduras
El PSOE critica a Feijóo por lo mismo que hizo su líder varias veces e incluso con menos apoyos que el popular
Protagonizó dos intentos fallidos para ser presidente y otras tantas repeticiones electorales en 2016 y 2019
Feijóo reta a Sánchez con nuevas elecciones y el PSOE le tilda de «antisistema»
Madrid
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Iniciar sesión«¿No será más sencillo ir a votar el próximo 28 de mayo que tener que manifestarse al día siguiente en las calles contra los recortes de la derecha en sanidad cuando gobierna?», proclamaba Pedro Sánchez días antes de la debacle socialista en las ... últimas elecciones municipales y autonómicas. Daba así por descontado el candidato a la investidura que las movilizaciones ciudadanas son una opción tan democrática como necesaria.
Ahora, después de la manifestación de Societat Civil Catalana (SCC) -bajo el lema 'No en mi nombre'- contra la amnistía que él mismo negocia con los secesionistas catalanes, el PSOE acusa a Feijóo de «agitar la calle» por acudir a esa cita. Arrogarse en exclusiva el derecho de manifestación, consagrado en el artículo 21 de la Constitución, no es el único bandazo -«cambio de opinión», según el eufemismo empleado por el propio líder socialista- en el discurso del PSOE actual.
Aznar es un «golpista» y el PP, un partido «antisistema». Son dos de los mensajes lanzados recientemente por Ferraz ante las movilizaciones contra la amnistía a los encausados por el 'procés' que exigen los partidos independentistas para apoyar la investidura del líder socialista. El posicionamiento era distinto cuando dirigentes actuales como Salvador Illa, Miquel Iceta, Josep Borrell o José Luis Ábalos se manifestaban también con SCC, a la que ahora denuestan, por la unidad de España y contra unos delitos que quedarán impunes y borrados de golpe si Sánchez quiere seguir en La Moncloa sin volver a pasar por las urnas.
El PP insiste en que llevaría una ley de amnistía ante el Constitucional
Víctor Ruiz de AlmirónLos de Abascal también avanzan una denuncia ante el Tribunal Supremo
Este no es el único ejemplo de la doble vara que aplica la izquierda en la calle y en las instituciones. «El Gobierno siempre ha mantenido una voluntad sincera de solucionar el problema en Cataluña, ofreciendo diálogo para garantizar la convivencia entre catalanes y el resto de españoles».
Ahora convertidas en un mantra del argumentario socialista, estas palabras fueron la respuesta de Sánchez a la manifestación independentista de marzo de 2019 en Madrid contra el Tribunal Supremo, que en ese momento juzgaba el 'procés'. Aquella respuesta tan tibia del ya por entonces presidente del Gobierno contra un desafío directo al ordenamiento jurídico español contrasta con la dureza demostrada por el PSOE para despreciar otras movilizaciones, como la del pasado 24 de septiembre en Barcelona.
Sin oposición
Pero hay más hitos que ponen negro sobre blanco la ambivalencia socialista con la legitimidad de las protestas, como volvió a quedar en evidencia en el histórico cambio político que se produjo en Andalucía en 2019, antes incluso de que el popular Juanma Moreno fuera investido presidente de la comunidad por primera vez.
El mismo día de ese acto solemne, el PSOE organizó una manifestación frente al Parlamento autonómico contra el acuerdo entre el PP, Ciudadanos y Vox, a quienes los andaluces habían dado los apoyos suficientes para acabar con casi cuatro décadas de hegemonía socialista en la única región que no conocía la alternancia política. Los socialistas llegaron a fletar autobuses desde distintos puntos de Andalucía para alentar aquella protesta.
Doble candidato fallido
Por otra parte, aunque siguiendo el mismo principio de negar al adversario lo que uno mismo se ha cansado de repetir, Sánchez también ha acusado a Alberto Núñez Feijóo de «hacer perder el tiempo a los españoles» con su investidura fallida de la última semana de septiembre. Y eso que él mismo protagonizó no uno, sino dos procesos tan inviables como el de Feijóo, incluso con bastantes menos apoyos.
La primera vez fue en marzo de 2016, cuando fracasó al lograr el voto a favor sólo de sus 90 diputados, los 40 de Ciudadanos y el único de Coalición Canaria. Apenas 131 apoyos, 41 menos que ahora Feijóo. El actual presidente en funciones se convirtió así en el primer y único candidato que se ha sometido a una investidura sin ganar en las urnas. Un fenómeno que se volverá a repetir con el mismo protagonista una vez la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, establezca una fecha. No puede ser más tarde del 27 de noviembre.
Su segundo fracaso se produjo en julio de 2019, cuando le apoyaron todavía menos diputados: sólo los 123 del PSOE y el único del Partido Regionalista de Cantabria (PRC). Es decir, se presentó a sabiendas de que no iba a salir investido porque le faltaban más de 50 escaños para la mayoría absoluta. Ahora critica a Feijóo por quedarse a cuatro.
Tras tomar la decisión, Sánchez justificó su primera investidura fallida en que así ponía en marcha el reloj para forzar que lo intentara Rajoy -ni eso consiguió- o la repetición electoral, que ahora demoniza cuando la pide el PP. Justo como Feijóo, que también ha activado la cuenta atrás de los dos meses que habrá tenido Sánchez para ponerse de acuerdo con todos los grupos independentistas (Junts, Bildu, ERC, PNV y BNG) cuyo apoyo necesita. Desde el PP asumen que Sánchez entregará la amnistía como contrapartida, aunque Junts afirmara después de su reunión con el líder del PSOE que el «acuerdo histórico» que buscan conseguir todavía está lejos de concretarse.
Los «cambios de opinión»
Manifestarse, o no, contra el 'procés'
Los socialistas han tachado al PP de partido «antisistema» después de que Feijóo acudiera a la manifestación convocada por Societat Civil Catalana contra la amnistía. En 2017, días después del 1-O, cargos actuales del partido como Salvador Illa o Miquel Iceta se manifestaban en la marcha por la unidad de España convocada por la misma asociación.
Tibio con el secesionismo
En contraste con la dureza demostrada frente a los críticos con la amnistía, estas fueron las palabras de Sánchez ante una manifestación del independentismo catalán en Madrid durante el juicio al 'procés': «El Gobierno siempre ha mantenido una voluntad sincera de solucionar el problema en Cataluña».
Investiduras sin apoyo
El líder del PSOE se presentó sin éxito a la investidura en 2016 y 2019, con 131 y 124 apoyos. Ahora acusa a Feijóo de «hacer perder el tiempo a los españoles» por presentarse estando a cuatro diputados de la mayoría absoluta.
Elecciones a la carta
El PSOE compara al líder de la oposición con un niño enrabietado por plantear otros comicios, pero el propio Sánchez protagonizó dos repeticiones en 2015 y 2016. En 2019 forzó de nuevo las urnas por negarse a un pacto con Podemos que terminó aceptando en otoño.
En la línea de los giros argumentales que el líder socialista utiliza para justificar la relación con sus socios, existe en su discurso la misma contradicción con las repeticiones electorales. El PSOE compara al líder de la oposición con un niño enrabietado por plantear otros comicios antes de que Sánchez se pliegue a las exigencias independentistas. Sin embargo, el propio Sánchez protagonizó no una, sino dos repeticiones y además seguidas.
A finales de 2015 con su famoso 'no es no' a Rajoy, que derivó en otras elecciones a los seis meses. Y lo mismo en la siguiente convocatoria (2019), cuando forzó de nuevo las urnas por negarse a un pacto con Podemos en primavera que terminó aceptando en otoño. Sánchez no criticaba entonces la repetición electoral. Bien al contrario, en 2019 jugó con ella para retar a Pablo Iglesias y le salió mal, porque perdió tres escaños por el camino.
En 2015 tampoco le importó para enrocarse en el bloqueo y resultó peor todavía, porque cayó cinco escaños y dejó al PSOE bajo mínimos (85 diputados, a sólo 14 de Podemos) e incluso abrió un cisma interno que dinamitó su partido. Así, pese a ser el político español que ha protagonizado más investiduras fallidas y provocado en consecuencia más repeticiones electorales, Sánchez no tiene ningún complejo ni pudor en criticar por eso mismo a su principal adversario..
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