Crímenes sin cádaver: el arma de defensa de los verdugos que aumenta el dolor de las víctimas
Casos como el de Marta del Castillo o Marta Calvo, en los que hay condenas sin que se encuentre cuerpo, son excepcionales
El TSJ valenciano rechaza la prisión permanente para el asesino de Marta Calvo y otras mujeres
La ocultación de cadáveres de víctimas como una forma de intentar salir bien parado de un proceso judicial es una constante de nuestra historia criminal. Si no hay cuerpo, no hay autopsia, y sin ella es imposible conocer el mecanismo de la muerte, si ... es de origen criminal, si ha habido ensañamiento o si esa persona ha sido víctima de una agresión sexual. En definitiva, el verdugo se beneficia, porque la investigación primero, y la condena después se complica, y además provoca un sufrimiento añadido a las familias, que no pueden cerrar el duelo sin poder despedirse de su ser querido.
En diciembre de 2021 el PP y Ciudadanos ya registraron una proposición de ley en el Congreso para que la ocultación del cadáver sea uno de los supuestos para la aplicación de la Prisión Permanente Revisable (PPR), una medida que ahora retoman los populares en su programa electoral. El PSOE y Podemos, aunque a regañadientes, acabaron por apoyar abrir ese debate a finales de marzo, si bien los socialistas precisaron que no estaban a favor de que esa conducta se castigase con la prisión permanente. De hecho, al final lo que se aprobó en el Congreso en enero pasado es encuadrar la ocultación de un cadáver se encuadrase en los delitos contra la integridad moral y fuese castigado con dos años por el sufrimiento que se causa a los seres queridos.
Para las familias, esa reforma, que se hizo además junto a la del delito de sedición, fue una vergüenza, pues no cubría siquiera de forma mínima sus aspiraciones.
Fue Marisol Burón, la madre de Marta Calvo, la chica que murió a manos de un asesino en serie que actuaba en Valencia, y cuyo cuerpo no ha podido recuperar, la que más presionó para conseguir que la ocultación de un cuerpo fuese castigada a Prisión Permanente Revisable como delito 'per se' o una agravante en cualquiera de las formas del homicidio.
Por supuesto, Juan Carlos Quer, que pasó muchos meses de sufrimiento por no saber dónde estaba el cuerpo de su hija Diana, también lo apoyó con todas sus fuerzas, lo mismo que la familia de la joven sevillana Marta del Castillo, cuyo cadáver sigue sin ser localizado aunque los autores del crimen estén condenados.
Prueba de indicios
La lista de desaparecidos, de los que se sospecha que han sido asesinados pero en pocos casos hay condenas: está el de Julia Lamas y su cuñado Maurici Font, de los que se perdió la pista el 27 de marzo de 2009 en el municipio de Els Pallaresos (Tarragona), caso por el que fue condenado Ramón Laso por doble homicidio, pasando por el de Piedad Moya, desaparecida el 4 de abril de 2014 en Mataró y cuyo marido fue condenado por haberla dado muerte, o los ya citados de la joven valenciana Marta Calvo o de Marta del Castillo.
Pero lo cierto es que los casos de condena sin cadáver son muy escasos , ya que el cúmulo de indicios sobre el sospechoso debe ser tal que anule su presunción de inocencia, lo que no es fácil de conseguir. De ahí que la duda sea cuando debe comenzar a operar esa agravante. ¿Se debe aplicar si después de la detención, tras meses de investigación, el sospechoso confiesa dónde esta el cuerpo?
La mayor parte de las veces ese es el escenario: así sucedió con Manuela Chavero, la vecina de Monesterio hasta cuyo cadáver llevó el sospechoso; o en el de Diana Quer, o el de Denise Pikka Thiem, la peregrina norteamericana desaparecida en el Camino de Santiago, el de la joven vecina de La Moraleja (Madrid) Anabel Segura o el de tantas otras víctimas cuyos cuerpos fueron encontrados tras la detención de los asesinos pero gracias a su confesión.
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