El coronel que condecoró a Aldama: «Era colaborador de la unidad en términos lógicos y razonables»

Vázquez, referido en los oficios de la UCO como 'Agente 1', era el jefe directo del comandante Rubén Villalba, responsable de la gestión de colaboradores dentro de la UCE2 y actualmente imputado bajo sospecha de haber estado a sueldo de Víctor de Aldama. Dos semanas después de que el comisionista y el asesor Koldo García fueran detenidos, el coronel convocó a Villalba para pedirle explicaciones y él lo enmarcó todo en el suministro de teléfonos de seguridad de alta gama por los gustos caros del comisionista, pero la presencia de 88.000 euros de ingresos en sus cuentas sin justificar y la acreditación de que los teléfonos eran de bajo coste, ponen en solfa su versión.

El coronel estaba citado para testificar sobre todos estos extremos, pero sobrevolaba la gran incógnita de este asunto y es el papel que jugaba Víctor de Aldama para su unidad, que lo es de élite y se dedica a combatir el terrorismo yihadista. Sin embargo, esta información está protegida por el secreto oficial, como ha hecho valer el magistrado Ismael Moreno cada vez que las acusaciones populares han lanzado preguntas directas al respecto, según informan a ABC en fuentes jurídicas presentes en la sesión.

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También permanecen ocultas las razones que le hicieron valedor de la medalla que el propio Vázquez le impuso en el año 2022, la Orden del Mérito de la Guardia Civil, reconociendo su contribución sin concretarla y de este asunto, pocos detalles. Sí ha explicado que la condecoración la propuso el propio Rubén Villalba argumentando las razones y él, como superior jerárquico, elevó la propuesta porque su papel «es validar o entender los méritos» que le vienen recogidos de su comandante.

Ha recordado que antes de la firma final del ministro del Interior, la propuesta «pasa diferentes filtros», igual que ha incidido en que pueden ser «sesenta o setenta» las candidaturas a una medalla «y no todas» las que impulsa su unidad son aprobadas, según informan a ABC en fuentes jurídicas presentes en el interrogatorio. En cuanto a la medalla de Koldo García, que también la tiene, ha explicado que él no participó, pero el mecanismo es el mismo desde otra unidad hacia la Jefatura y con idénticos requisitos.

Ya en lo relativo al comandante imputado, el coronel Vázquez ha desvelado en primer lugar que aquella conversación que Villalba grabó a hurtadillas y conservó en su teléfono móvil, donde la encontraría la UCO a su detención en marzo, estaba «teatralizada» y «auditada» por sus especialistas en «análisis de conducta», a partir de un «protocolo» de la propia Unidad para hacerle hablar y testar su versión de los hechos. Todo, conforme ha dicho, con pleno conocimiento de la Jefatura de Información y en el contexto de un investigación interna sobre los colaboradores al hilo del escándalo.

La reunión tuvo lugar el 27 de febrero, siete días después de las detenciones de Aldama y Koldo García y unos días antes de que el propio Villalba cayese también y se preparó con antelación e incluso se diseñó un guión y un reparto de roles entre los intervinientes, puesto que en esos audios, como consta en el sumario, no sale sólo él. A preguntas de las acusaciones, ha concretado que se pretendía mantener «una entrevista para que se evocasen circunstancias no conocidas, en el tono de colegas de trabajo».

En esa conversación se le escucha verter comentarios como su pronóstico de que la situación con Koldo García y Aldama podría «enmierdar» a la Unidad. Vázquez ha ido contextualizando estas y otras afirmaciones simulares en términos de que la preocupación siempre ha sido «la honorabilidad» de la UCE2 frente a un contexto de «sobreexposición mediática» derivada del escándalo.

Respecto de los ingresos de efectivo que Villalba pidió a subordinados suyos que le hicieran en sus cuentas, el coronel ha explicado que más allá de que en una situación puntual, como en una operación en el extranjero, pueda alguno tener un problema que requiera de esa solución y pida ayuda a un subordinado, no era conocedor de que se habían dado esos ingresos ni tampoco de su alcance.

Tampoco conoce que Aldama haya hecho aportaciones económicas a la unidad, como él declaró en sede judicial. Lo que sí tiene claro es que ningún colaborador paga por los teléfonos de seguridad que le proporciona la unidad, un procedimiento habitual por garantía no sólo de la fuente sino del agente que se relaciona con él. Desconoce de qué tipo eran los terminales en el caso de Aldama, pero entiende que eran «básicos».

Uno de los 'servicios' que según la UCO prestó Villalba a Aldama tiene que ver, además de las líneas seguras, con barridos de seguridad en su coche y sus oficinas. Sobre el primer asunto, el coronel ha incidido en que con ese tipo de medidas, que «no es práctica habitual pero tampoco extraordinaria y tiene que estar suficientemente justificada», se protege no sólo al colaborador, sino al agente, frente a personas del entorno de la fuente que pudieran afectar a la Unidad.

No consideró que en el caso del comisionista fuese una pretensión «tóxica, nociva o extravagante» cuando se le pidió un barrido de sus vehículos en el año 2021. Respecto del que parece realizado en sus oficinas, Vázquez ha confirmado que fue «un paripé».

También ha habido tiempo, en cerca de dos horas de interrogatorio, para abordar el asunto del chivatazo que habría recibido Koldo García de que estaba siendo investigado antes de su detención. Según consta en el sumario, saltaron alertas en el sistema de la UCE2 que no fueron notificadas al equipo investigador.

De este asunto, el coronel Vázquez ha dicho que a finales de octubre tuvieron constancia de que se había detectado a Rubén Villalba con «una persona de interés» para la UCO, que era Koldo García. A nivel jefatura, se comunicó a la UCO que aquella era una «relación autorizada» y que no tenían en la UCE2 razones para sospechar de Villalba.