La Guardia Civil tenía al comisionista del caso Koldo como colaborador de su unidad de información

Así se desprende de un informe de la UCO recién aportado a la Audiencia Nacional que a lo largo de 87 páginas disecciona las cuentas bancarias de Villalba, los audios que él grabó de sus conversaciones dando explicaciones a un superior sobre su implicación en la trama cuando estalló el escándalo y un documento que dejó escrito en su casa con su versión de los hechos. Se añade la testifical de una decena de agentes interrogados sobre el tema.

Según concluye la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil a partir de toda esta documental, a la que tuvo acceso ABC, Villalba solicitó a uno de sus subordinados, identificado como «agente 13» que registrase a Aldama en esa base de «colaboradores» en junio de 2021 y le dio de «alta».

Esta condición es clave desde un doble punto de vista. Por un lado, porque como explica el informe, la incorporación en la base hace que salte una alerta en caso de que otra unidad policial investigue a esa persona, algo que ocurrió en 2022 y, posteriormente, en junio de 2023, cuando la UCO ya seguía los pasos del comisionista por el caso de las mascarillas. Cabe recordar que Koldo García ya sabía meses antes de su detención que estaba bajo vigilancia y los agentes aún investigan quién le dio el chivatazo.

Por otro lado, porque permite entender el contexto de las conversaciones con su superior que grabó a hurtadillas: el jefe, identificado como «agente 1», era conocedor de que proporcionaba líneas seguras por cuenta de la UCE, lo que le sorprendía era la cantidad de dinero destinado a ellas y el descontrol. «Incluso al ministro lo he visto yo con alguno de los teléfonos que nos pedía Koldo, pues el ministro que lo tenía», dice Villalba, cuando el superior se preocupa por el rastro que ha dejado.

No cuadran, en todo caso, las cantidades, pues el comandante mandaba a otros agentes a comprar los teléfonos, que no eran «de los caros». Consta también que, a al menos a uno, le encomendó hacer de chófer para Koldo en una ocasión y a otro lo envió a la oficina de Aldama a por sobres con el dinero.

«Yo puedo justificar, Rubén, que le hayamos pedido una financiación, o sea, que le hayamos pedido una ayuda para...financiar... Lo que sí es cierto, Rubén, que luego hay unas cantidades de dinero, macho, con el tema de la telefonía, que son grandes», le dice su superior, para añadir: «Aquí lo que más me preocupa siempre es que alguien pueda pensar que nos hemos quedado pasta». Le instaba a repasar toda su relación con el colaborador, pero ya no podía. «Lo borré todo (...) Pensaba que me iban a entrar a casa a registrar. Psicosis», reconoció a su jefe.

En otro momento de la conversación, 'el agente 1' llega a cuestionar qué tipo de servicios se han prestado a Aldama. «Entiendo que lo que le hemos ayudado no es para ninguna actividad criminal por parte de ellos, entiendo», tantea el jefe. Y el comandante contesta: «No, es un tema de negocios. Otra cosa es que digan, a ver, ¿este empresario puede venir a España? Bueno, pues algunas veces les digo que no porque la Interpol le está buscando».

Pero no era sólo eso. El comandante reconoce que Aldama le pidió información sobre el inspector de Hacienda que le pisaba los talones y se la proporcionó. Tampoco eran datos sólo para el comisionista. «Koldo pedía cosillas», dice en otro momento de la conversación, en relación a que él también era destinatario de esos teléfonos seguros que él compraba.

«Algunas de las solicitudes de Koldo revestían un carácter de alta sensibilidad como pretender conocer si el teléfono del Presidente del Gobierno o del que fuera Ministro de Fomento -Ábalos- estuvieran intervenidos», dice el informe de la UCO, que transcribe a Villalba: «En una ocasión llegó a pedirme si el teléfono del Presidente del Gobierno y el que fue Ministro de Fomento, Ábalos, estaban pinchados a lo que se le dijo que no podíamos hacer nada». Otras veces sí se atendía a su requerimiento: «Koldo, aparte de hacernos peticiones para él ya sea para filtrar un vehículo, mirar una denuncia o chequear a alguien con el que probablemente hubiera tenido algún contacto, igualmente, nos pedía favores para otros empresarios con los que tenía 'amistad'», detalla el mando.

Con esta premisa, a la unidad de información le saltaron dos alertas, en 2022 y 2023, de investigaciones en curso de otras unidades sobre Aldama. Tras la última, Villalba escribió a un grupo, se presume, de compañeros: «El jefe habló con el Coronel de la UCO en su día y le dijeron que siguiéramos adelante... yo ya no trato con él más allá de que el jefe dijo de invitarle ayer a la comida».

Cuando habló de esto con su superior, el 'agente 1' lamentó no haberlo sabido: «Si a nosotros en julio nos dicen, hostia macho, tened cuidado.... que para eso te estoy avisando, a la UCO, oye mira... que estás investigando a un tío con él que yo tengo relación. La UCO la verdad que tampoco entiendo por qué no nos dice, hostia, pues tened cuidado». Lo que dice la UCO es que la unidad de Villalba no les reportó estas alertas.

El comandante fue destinado a la Embajada de España en Venezuela y luego suspendido. Los investigadores presumen que que para cobrar de la trama los más de 88.000 euros usó a sus subordinados, ya fuese ordenando que recogiesen y entregasen teléfonos y sobres con dinero, ya fuese dándoles el efectivo y esperando una transferencia.

En cuanto a Aldama, ha vuelto a ser detenido y pasa este jueves a disposición judicial por otro asunto, un fraude millonario de hidrocarburos. Cuando por la trama de mascarillas, la Guardia Civil entró a registrar su casa, halló metopas, recuerdos y todo tipo de parafernalia de la Jefatura de Información de la Guardia Civil, que ahora, conocida su relación con Rubén Villalba, cobra sentido.