Comisiones de la DANA, o sea, nada

No será la única comisión. También las Cortes Valencianas han acordado la creación de la suya. O sea, que una vez más se ajustará a su literalidad la frase atribuida a Napoleón Bonaparte: «Si quieres que algo se haga, nombra un responsable. Si quieres que algo se demore eternamente, nombra una comisión». En este caso, para más inri, la demora será mayor por culpa no de una sino de dos comisiones.

Carlos Mazón ha nombrado un responsable, con cargo de vicepresidente, para que se haga cargo de la dirección y coordinación de los trabajos de reconstrucción de cuanto ha quedado asolado y destruido por los apocalípticos diluvios y desbordamientos. Los resultados de su gestión darán o quitarán la razón a quien le nombró. Y justificarán, o no, sus retribuciones salariales. Ojalá sea el suyo, el nombramiento del teniente general Gan Pampols, sea el mayor de los aciertos por el bien de cuantos han perdido todo, desde familiares, su casa y hasta negocios y empresas. Una labor titánica que, mucho me temo, tropezará con financiación insuficiente, por cicatera. Por parte de la hacienda estatal, porque por mucho que los valencianos pidamos más recursos a Sánchez, éste los entregará con cuentagotas y siempre pensando en su rentabilidad política. Por parte de la hacienda autonómica, porque no los tiene en cantidad suficiente, en gran parte por la infrafinanciación sufrida.

Dedicar días, semanas e incluso meses a los dimes y diretes de una comisión de investigación es una lamentable pérdida de tiempo. En Madrid o en Valencia. Me permito adelantarles el resultado de cuanto finalmente se acuerde, pacte o transe, como conclusiones de sus ímprobos trabajos. La del Congreso dirá que las culpas –todas, toditas, todas—son de Carlos Mazón y su gobierno. La de las Cortes Valencianas dictaminará que Sánchez no hizo cuanto debía, y sigue sin hacer. Y que fallaron las predicciones de la AEMET y la Confabulación Hidrográfica del Júcar. Eso, si consigue que Vox dé apoyo al gobierno valenciano, lo que está por ver.

Porque unos y otros tratarán de sacar el mayor rédito político, en vez de hacer realidad, con el «tots a una veu», la creación de comisiones de estudio, recabando la presencia de expertos para que de modo proactivo asesoren y tracen los planes que con mayor urgencia den solución a los muchísimos problemas. Todos los valencianos, y más aquellos directamente afectados, esperamos de la clase política soluciones y no estúpidas bregas partidistas.

En el ínterin, el gobierno valenciano que sigue estando presidido por Carlos Mazón, debería tomar con carácter inmediato excepcionales decisiones presupuestarias, por muy drásticas que puedan ser y parecer. Así, todo lo que no sean fondos para Sanidad, Educación y Servicios sociales, quedarán en suspenso y todos los demás recursos se destinarán a los trabajos de reconstrucción y acondicionamiento de las viviendas, centros de salud, colegios, negocios de autónomos y pymes de las poblaciones afectadas.

Si Pedro Sánchez quiere ayudar a Valencia, que deje de hacer lo que ha hecho con la isla de La Palma, en donde muchos de sus vecinos afectados por la lava volcánica, siguen esperando y desesperando, viviendo en contenedores. ¿No fue él quien dijo que «si los valencianos necesitan más recursos que los pidan»? Que cumpla con la urgencia que paliar tanto daño exige. Y que las voces de Diana Morant en el Consejo de ministros y Pilar Bernabé, entronizada en la nueva/vieja ejecutiva federal del PSOE, se lo reclamen y a ver si escuchamos a ambas decir algo más, y más constructivo para los miles y miles de afectados por las riadas, eso de que Mazón es culpable.