«En Cataluña hablamos mejor castellano que en Madrid»: un profesor desmonta el tópico por los dispares exámenes del PAU
El «despiporre» en las Pruebas de Acceso a la Universidad entre comunidades bilingües y el resto distorsiona las notas y el nivel del español
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Iniciar sesión«En Cataluña hablamos mejor castellano que en Madrid». Una afirmación que sonará a más de uno y que se sustenta en la comparación de notas de estudiantes en la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU). No obstante, el profesor de ... esta lengua en Secundaria y Bachillerato Iván Teruel, que ejerce en Gerona, ha desmontado ese tópico por el «despiporre» de estos exámenes dispares y la «distorsión» en las calificaciones.
La diferencia de criterios en estas evaluaciones -17 versiones, tantas como comunidades autónomas- puedan dar lugar a situaciones tan grotescas como que un estudiante de Baleares pueda con un simple aprobado «quitarle la plaza» a uno de Extremadura que haya obtenido un nueve de nota, ya que en esta última comunidad autónoma, por cometer cinco errores ortográficos, se suspende automáticamente.
En el caso catalán, al alumno se le penaliza con medio punto en su calificación, mientras que un estudiante madrileño perdería dos puntos. Eso, sin contar con que en Cataluña hay varias preguntas-respuesta «multiopción» con la que el examinado puede elegir que se le puntúen unas u otras, y alguna es de tipo test, más sencilla, tal como ha revelado en detalle este docente en las primeras jornadas contra la exclusión del español organizadas en Alicante por Escuela de Todos.
Este baremo de la «corrección lingüística» retrata bien la falta de armonización en la Selectividad. Así, un alumno que obtenga un siete de calificación en los contenidos, pero que cometa cinco errores ortográficos, en función de su comunidad autónoma, quedará con una nota final distinta.
En Baleares, en principio, conservará ese mismo 7, mientras que en Cataluña y Galicia se le rebajará al 6,5; en Castilla-León y la Comunidad Valenciana, 5,75; Madrid (5); Murcia (4,5); Castilla-La Mancha (4); en Extremadura se castiga con suspenso automático; y en Aragón, Andalucía, La Rioja y el País Vasco, no se sabe, porque se realiza una «valoración de conjunto», por lo que «depende de cómo se ha levantado el corrector», bromeó Teruel.
A su juicio, «criterios tan dispares de calificación provocan un potencial agravio a aquellos alumnos que se examinan en aquellas comunidades que tienen criterios exigentes».
La mitad de horas de español en Cataluña
Aparte de las PAU, desenlace de esta etapa educativa en la adolescencia, las bases se empieza a sentar desde el principio a estas edades, ya que mientras que en las autonomías con una sola lengua oficial se imparten, en general, cuatros horas de castellano en primero y en segundo cuso de Bachillerato, con alguna excepción (Andalucía y Aragón, con tres horas en el segundo año), en las regiones bilingües ese tiempo de docencia baja.
Y en Cataluña se nota el llamado «hecho diferencial», según este profesor, que subraya cómo se reduce a la mitad el tiempo de enseñanza de esta asignatura: «¿Qué efecto tiene eso sobre la prueba de castellano?: uno muy obvio, lo que se imparte en dos horas no puede ser lo mismo que en cuatro».
Además, en Cataluña no se evalúa la Literatura, solo hay dos preguntas en uno de los apartados, y sobre el «argumento» del relato, no se evalúa la capacidad del alumno para analizar la estructura del texto, y una de las preguntas es de tipo test.
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Otro dato que sorprende a Iván Teruel es que los estudiantes contestan con 150 palabras (diez líneas), «para que no se vayan a cansar» y a preguntas con una «dificultad mayúscula», en sentido irónico.
La extensión máxima de las respuestas se fija en entre 300-350 palabras, con lo que hay menos posibilidad de evaluar la ortografía.
De nuevo, se aprecia la disparidad de criterios de evaluación: el mismo bloque del examen varía de 0 a 6 puntos entre Galicia y el País Vasco (comprensión lectora, análisis de características y redacción de opinión propia). Como los alumnos pueden elegir algunas preguntas de su examen para que puntúen y descartar otras, se da esa diferencia de valoración global.
También hay diferencias en el conocimiento literario, en unas comunidades se evalúa un período o momento de la historia de la Literatura desde el punto de vista teórico, mientras que en otras se pregunta también sobre las características de una obra de lectura prescrita.
Y todo este panorama heterogéneo para puntuar a algunos estudiantes que a continuación, en la Universidad, se encuentran en una misma circunscripción única.
Entre sus conclusiones, Teruel ha lamentado que «las pruebas (PAU) no son equivalentes y no se puede comparar el dominio del español entre los alumnos», además de que luego surjan declaraciones que denotan «prejuicios supremacistas» sin fundamento académico, como cuando el entonces presidente de la Generalitat de Cataluña Artur Mas opinó que a algunos niños en Sevilla, Málaga y A Coruña no se les entiende cuando hablan en castellano. Aunque posteriormente, pidió disculpas por estas palabras.
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