Sólo un 5% del electorado conoce al rival socialista de Barberá

La reforma de la ley electoral —que establece una amplia ventana de fechas donde no se puede hacer publicidad callejera, que abarca desde el decreto de convocatoria de elecciones hasta el inicio de la campaña— dificulta aún más la consecución de la «visibilidad» para Calabuig. Parece difícil, pero pese a ese pobre porcentaje, Calabuig pasa por ser el más conocido de la lista municipal del PSPV que se mide a la confeccionada por la actual alcaldesa, Rita Barberá.

Ahí radica uno de los principales problemas para el PSOE, ya que Barberá tiene un grado de conocimiento del 98% por parte de quienes están llamados a las urnas el próximo 22-M. Es una ventaja a la hora de trasladar el mensaje y que éste llegue a todos los rincones.

El talante de Calabuig, sin embargo, le ha llevado a plantear una campaña sosegada y nada histriónica, alejada del azote de la corrupción como arma arrojadiza que es la premisa de Blanquerías y su candidato a la Generalitat, Jorge Alarte, más próxima a las tesis, más ácidas de Manuel Mata, que perdió las primarias frente a Calabuig.

El debate de las ideas, por contra, tampoco proporciona grandes réditos a un Calabuig que hizo inmersión de la situación de la ciudad hace apenas dos meses y que, por lo tanto, no tiene el pulso que necesariamente sí detectan quienes integran el gobierno municipal, en este caso el PP.

Joan Calabuig ha programado una campaña de cercanía a la ciudadanía en la que pretende analiza «puerta a puerta» los problemas de los vecinos de cada barrio. El problema es que la tardanza en designarlo como candidato lo ha dejado sin apenas margen de maniobra.

Comparativamente, Calabuig está al nivel de conocimiento de otro de los candidatos a la Alcaldía como Amadeu Sanchis, quien en representación de EUPV tiene una popularidad del 4%. Más arriba, casi en el 18%, está el otro candidato, en este caso de Compromís, Joan Ribó.

Con este escenario, las encuestas siguen otorgando a los populares una horquilla de 22-23 concejales, mientras que los socialistas se quedarían con 10-11. Las esperanzas remotas de Ribó de entrar en el hemiciclo con uno o dos concejales restarían aún más posibilidades al PSPV, que podría quedarse con nueve, frente a los 22 del PP. Compromís arañaría dos ediles.