El orgullo (?) de la xufa y la clòtxina

De momento quienes ya se manifiestan con llamativos colores y leyenda son los autobuses del cap i casal, cuatro exactamente, como cuatro fueron los millones que volaron de las arcas de la Empresa Municipal de Transportes que todavía preside Giuseppe Grazzi , y sin que hasta la fecha el concejal de Movilidad haya conseguido saber el destino del atraco cibernético que con inusitada movilidad cogió a los directivos de dicha empresa y a él mismo en pelota picada, expresión de lo más adecuada para estas orgullosas vísperas.

El creador de la campaña propagandística del orgullo valenciano de este bisiesto y pandémico 2020 es Federico Reina , que ha explicado que “se ha querido jugar con símbolos valencianos que representan los órganos genitales como la clòtxina y la xufa”. Algo se puede y debe rebatir al respecto porque los símbolos más nuestros relacionados con los sexos –mientras no se demuestre lo contrario— siguen siendo la piuleta y el tronador, que por decenas de miles de kilos de mazapán toman forma en las hábiles manos de horneros y pasteleros con motivo de la doble y coincidente festividad del 9 de Octubre y de sant Donis, ambas histórica e íntimamente ligadas al nacimiento del Reino de Valencia de la mano del gran rey que fue don Jaime.

Un anónimo portavoz del heteropatriarcado valenciano ha manifestado su disconformidad y queja por el uso, confuso ha dicho, que en este caso se ha hecho de la chufa como símbolo masculino. ¿Y por qué?, se le ha preguntado. Y él ha respondido: “Porque con ello se pretende ridiculizar el tamaño del órgano reproductor y placentero masculino de los valencianos al compararlo con un tubérculo de tan reducidas dimensiones como lo es la cyperus esculentus, que ese es el nombre botánico de la chufa. Salvo –ha añadido— que el creativo Reina se haya inspirado en la chufa de Ribó o Grezzi, que por catalana o napolitana tiene esas medidas”. O sea, que menos orgullo de esa chufa.

Un experto en asuntos valencianos como es el historiador y bibliófilo Rafael Solaz, dando muestras del conocimiento que tiene de la idiosincrasia erótico popular de nuestra tierra, propone los nombres de dos vegetales para referirse al mismo asunto que hoy llevamos entre manos o entrepiernas son: “ Figues i naps ”. Ese es el título de uno de sus libros el dedicado a la “imagen, erotismo y pornografía en la literatura popular valenciana”. Si el lector consulta esta publicación de Solaz encontrará un apéndice que llama “glossari verd”, en el que enumera las frutas, verduras y alguna que otra especie animal de tierra o mar que nuestros pícaros, socarrones y eróticos escritores valencianos han utilizado en extensa sinonimia para referirse a los órganos sexuales. De este modo comprobaremos que, en efecto, la clòtxina sí aparece en dicha relación por no la xufa. Por algo será, tal vez porque no da la talla del valenciano.

Y es que en nuestra autóctona literatura sicalíptica son numerosas, repetidas y provocativas las apelaciones que se hacen a muchas variedades vegetales para definir los órganos sexuales. Bastará consultar la extensa obra que en teatro y verso escribió Josep Bernat i Baldoví para ratificar lo dicho. Hubiese bastado una lectura de su conocida obra “El virgo de Visanteta” para hallar muchas frutas y verduras que por su magín se convierten en guiños cómplices con lectores y espectadores que están en la clave de lo que el escritor de Sueca quiere insinuar o decir.

Ignoro qué celebraciones y actos tiene previsto celebrar a fin de mes el colectivo LGTB, tanto en la capital de España, en Valencia y otras ciudades, y si en esta ocasión Franco, José Manuel, pondrá las pegas que no puso a las manifestaciones y actos feministas del 8 de marzo de las que de momento ha quedado exonerado por la Justicia.

Las autoridades, a poco de que la nueva normalidad empiece a ser un poco normal, no se opondrán a la celebración del orgullo. Hasta puede que alguna repita que hay que sumarse al festejo “porque con ello nos va la vida”. Dirán que sí pero con mascarillas, guantes y un frasco de solución hidroalcohólica en el bolso por si alguien se le olvida que los besos y abrazos siguen prohibidos. Vamos, lo que no hicieron el 8M cuya autorización concedieron, y cuyo fomento propiciaron, y que tantos miles de muertos y enfermos nos ha costado.