El informe de la Generalitat revela que sólo al 40% de los casos con síntomas de Covid-19 se le realiza test PCR

[Carta de un valenciano al que le negaron el test del Covid-19: «No se han hecho las cosas bien»]

Según los datos oficiales, sólo se ha realizado prueba diagnóstica PCR al 40,21% de los casos con síntomas compatibles de Covid-19 durante los últimos 14 días y el 98,4% de casos nuevos no son contacto de confirmados conocidos. Además, la media del tiempo transcurrido entre fecha de inicio de síntomas y fecha de diagnóstico en confirmados es de 16,2 días.

Los casos en los que se ha realizado una identificación de contactos estrechos es únicamente del 17,73% (de los que el 36,5% pasan a ser confirmados) y no se ha efectuado la identificación del número de contactos estrechos por parte del sistema sanitario para organizar su cuarentena y seguimiento.

Precisamente el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, esgrimía como uno de los motivos por los que la Comunidad Valenciana no avanzaba en el confinamiento que tenía «un número nada desdeñable de casos sospechosos a los que no se les ha hecho un test diagnóstico» .

En el informe se detalla la evolución durante las últimas dos semanas, la cual refleja que el número de casos sospechosos con PCR es reducido en comparación con los existentes. Sin embargo, es una tabla que no se puede comparar actualmente con el resto de autonomías.

En las capacidades de laboratorio, se expone que el número máximo de PCR que se podrían llegar a realizar diariamente son 5.700 en servicios de microbiología, 2.000 en fundaciones y 1.500 pendientes de acreditación (actualmente se llevan a cabo unas 3.000 al día).

[Puede leer aquí todo el informe]

La Generalitat informa asimismo de la capacidad de camas . Para críticos, un total de 965 entre las 747 en hospitales públicos y las 218 en centros privados. Para agudos, un mínimo de 18.202 en todas las instalaciones disponibles (incluyendo, por ejemplo, hoteles).

Otro de los puntos que se aborda es el de la movilidad , un factor al que la propia Generalitat ha apuntado a la hora de no avanzar en la desescalada. En el documento enumera las medidas preparadas para las siguientes fases. Entre ellas, concienciación hacia la población; campañas informativas; ordenar flujos de acceso a estaciones en caso de ser necesario; facilitar la intermodalidad con nuevos medios de movilidad (bicicletas, patines eléctricos, etc…) incrementando plazas de aparcamiento; o el aumento de frecuencias de servicios de transporte público.

El Gobierno autonómico justificaba el paso a la fase 1 en la mayor vulnerabilidad de la economía de la Comunidad Valenciana. Una argumentación que basan en su especialización turística y en su tejido empresarial, en el que predominan todavía más las pymes y microempresas (solo el 9,4% del empleo corresponde a empresas grandes y el 40,5% de los trabajadores está empleado en empresas de menos de 10 empleados) y los autónomos y (351.000 antes de la crisis, un 10,8% de los de España), por lo que «las consecuencias del shock se prevén mayores».

Desgranan para ello las previsiones del Centro de Predicción Económica (Ceprede), que vaticina que, en cualquier escenario previsto de duración de la fase más intensa de la crisis, la caída del PIB valenciano sería mayor que la media española, siendo la quinta más afectada: -6,1% por -5,7% España en dos meses y -7,8% por -7,4% España en tres meses.

En cuanto al descenso del empleo , éste también sería mayor que la media estatal: 105.623 empleos menos y una tasa de paro del 18,1% en dos meses; y 137.882 empleos menos y una tasa de paro del 19,8% en tres meses .

Las actividades más afectadas por el Covid-19 (comercio, transporte y hostelería), expone el documento, están más presentes en este territorio. «La mayor relevancia económica en la Comunidad de sectores que podrían no tener liquidez para sobrevivir al confinamiento y la prolongación de las restricciones a la normalidad en su caso, aumenta la importancia del apoyo a los mismos y de la recuperación de su actividad», explican.

Detallan, así, las «señales» de que la crisis del coronavirus está impactando más en la autonomía:

-Es la tercera más afectada por la destrucción de empleo (tras Canarias y Andalucía) en los meses de marzo y abril con una caída de afiliaciones (medias) de -100.158 personas, lo que supone cerca del 13% de la destrucción total en España.

-Es la segunda con más aumento absoluto del paro registrado (tras Andalucía) y la cuarta en términos relativos (tras Baleares, Canarias y Andalucía) con 73.680 personas entre marzo y abril, lo que supone cerca del 13% del aumento total en España.

-El turismo , un sector que supone el 14,6% del PIB y el 15,1% del total del empleo, tiene un peso muy superior que en el resto del país y se ha visto muy afectado. La caída es especialmente relevante en las pernoctaciones de residentes en España, que alcanza el -72,0% en la Cpmunidad Valenciana frente al -65% en España.

-La autonomía se puede ver más afectada por la caída del comercio mundial de bienes , dada su mayor propensión exportadora.

-La caída de las ventas de turismos es más acusada. Según la DGT, las matriculaciones en marzo cayeron un -74% interanual frente al -69% en España.

-Los datos para el 2º trimestre de 2020 del INE muestran un desplome interanual del Índice de Confianza Empresarial en la Comunidad Valenciana del -29%, algo mayor que el -28% de España. Los sectores más afectados son el transporte y hostelería.

-Es el cuarto territorio con mayor número de trabajadores en ERTEs . A fecha 4 de mayo, había en 394.727, lo que representa el 28% del total de los afiliados en régimen general, porcentaje superior al de España (que es el 25%).

A todo ello se une, según destaca la Generalitat en el documento, el menor margen fiscal por la situación de infrafinanciación autonómica. Lo que condiciona, señala, el cumplimiento de los objetivos de estabilización, incurriendo por esta razón en déficits superiores al resto de comunidades (un -1,91% del PIB en 2019) que elevan la deuda pública valenciana (en la actualidad un 42,1% del PIB). «Esa situación supone un coste financiero adicional para los presupuestos, al tiempo que limita el margen de maniobra fiscal en un nuevo escenario de crisis económica en el que, con seguridad, caerán los ingresos públicos y aumentarán los gastos», sostiene.