ENTREVISTA
Javier Moliner: «Quien vea debilidad en la prudencia de Fabra se equivoca»
El presidente de la Diputación y del PP de Castellón considera que el pacto de un tripartito en la Comunidad «sería como una versión cutre de "Aquí no hay quien viva"»
I. BLASCO
En año y medio como «hombre fuerte» de Castellón, Javier Moliner (Castellón, 1975) ha logrado imprimir un estilo propio, en las antípodas de su predecesor al frente de la Diputación y del PP castellonense, a la realidad política e institucional de la provincia.
En la entrevista, realizada el pasado miércoles en la redacción de ABC en Madrid, el que fue «mano derecha» durante años del hoy presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, refiere sus desafíos políticos para el próximo año, analiza la evolución de su antiguo mentor al frente del Consell y calibra los eventuales efectos de la pésima situación económica sobre los intereses electorales de su partido.
-¿Qué significa para Castellón la confirmación del Corredor Mediterráneo como infraestructura prioritaria?
-Es la diferencia entre tener futuro o no. Castellón es una provincia exportadora y disponer de ancho europeo igualará a nuestros empresarios, especialmente a los cerámicos, con los del resto de Europa.
-¿Qué futuro depara a un aeropuerto sin aviones?
-Nuestro problema es no haber dispuesto de aeropuerto hace décadas, cuando el Estado sí los construyó en otros territorios menos rentables y sobre los que hoy nadie se plantea su existencia.
-¿Será posible seguir generando empleo en Castellón, como ocurrió en los meses de octubre y noviembre?
-Soy muy prudente en esa valoración. Lo que tengo claro es que todos estamos haciendo nuestros deberes para consolidar esta tendencia positiva.
-¿Funciona el tándem Diputación-empresarios?
-Ya dije el primer día que no tenía otro objetivo que ofrecer oportunidades para que el sector empresarial generase crecimiento económico y empleo. Pero no creo tanto en el empleo subvencionado por la Administración como en el impulsado desde la esfera privada a partir de las oportunidades que podamos a abrir. No quiero regalar pescado, quiero enseñar a pescar.
-¿Sirve de algo a efectos prácticos bajarse el sueldo un 25 por ciento?
-Supone ahorrar a la Diputación para disponer de más dinero que invertir. Pero es cierto que esta medida tiene también mucho de terapéutico. Si a los ciudadanos les pedimos esfuerzos, los primeros en sacrificarnos debemos ser los políticos. Los gestos son importantes, como el hecho de que anunciase hace cinco meses que no cobraría mi nómina si antes no hemos pagado a nuestros proveedores, que cobran en apenas 28 días.
-Este tipo de medidas, ¿no inhibe el talento en la política?
-Yo ganaba más cuando trabajaba como ingeniero industrial que ahora como presidente de la Diputación. Pero, por encima de esto, creo en los políticos que ven su responsabilidad como la ilusión que compensa muchas otras cosas… Y no hablo solo de dinero.
-¿Cuáles son sus prioridades en la Diputación con vistas a 2013?
-En la esfera económica, seguir abriendo oportunidades de negocio vinculadas al turismo, a los emprendedores, a la cerámica y a los productores y empresarios agroalimentarios especialmente. Y respecto al ámbito municipal, ofrecer cada vez mejores servicios a los ayuntamientos.
-¿Y en el PP de Castellón?
-Abrir el partido aún más a la sociedad. Quiero culminar la renovación de todas las juntas locales el primer trimestre. Cuanto antes finalicemos nuestra renovación orgánica, antes estaremos centrados al cien por cien en resolver los problemas de nuestros ciudadanos, que es lo verdaderamente importante.
-El sector cerámico, ¿tiene que reinventarse más que quejarse?
-La industria cerámica castellonense ha sido ejemplar en su transformación para adaptarse no solo a esta crisis coyuntural, sino a un nuevo mercado mundial, que está experimentando una transformación estructural sin precedentes. Ha tenido capacidad para rediseñarse y resituarse en un nuevo espacio, así que estoy convencido de que seguirá siendo un pilar básico en el futuro. De hecho, ya lleva dos años creciendo.
-¿Considera bien tratada su provincia por el Gobierno de Rajoy?
-No. El presupuesto de inversiones para 2013 ha sido duro, aunque es realista y sensato en una coyuntura económica como la actual. El problema es que no compensan el desequilibrio que en las últimas dos legislaturas hemos sufrido con el PSOE y Gobierno de Zapatero. Aun así, Rajoy ha atendido nuestra principal reivindicación, que era la licitación del Corredor Mediterráneo en ancho europeo. El objetivo del Gobierno hoy es, y lo comparto, pagar la deuda heredada de Zapatero.
-¿Y por la Generalitat?
-Me gustaría que en 2013 paliase todas las necesidades que tiene Castellón, pero debemos ser responsables. Solo podemos exigir en estos momentos lo que la Generalitat esté en condiciones de pagar. Siempre he defendido que prefiero que me acusen de no hacer, que de hacer y no pagar.
-¿Cree que el presidente Fabra estará en condiciones de cumplir con los proveedores en los próximos meses?
-Seguro que sí. Está haciendo un trabajo enorme por controlar el déficit y atender sus compromisos con proveedores y ayuntamientos.
-¿Los impagos lastran las posibilidades electorales del PPCV?
-Esta crisis desgasta a los partidos que tienen que tomar las decisiones, porque no son agradables para los ciudadanos. Sin embargo, las elecciones en Galicia, Cataluña y el País Vasco han demostrado que el PP mantiene alta su credibilidad. Los electores, a la hora de votar, cuando tienen que elegir responsabilidad o ponerse detrás de las pancartas, escogen lo primero.
-¿El problema se resuelve con un cambio de Consell como el operado el pasado 7 de diciembre?
-El cambio no es una solución en sí, pero es un paso firme en el camino de la recuperación. Una vez que la Generalitat afronta las últimas etapas para alcanzar la estabilidad financiera, lo que ha provocado un enorme desgaste en el Consell, ahora es el momento de un cambio de rumbo en busca del crecimiento.
-¿Qué opina de los nuevos consellers?
-Tengo extraordinarias referencias de todos ellos, pero lo importante es que son engranajes de un proyecto orientado exclusivamente a poner en marcha a la Comunidad Valenciana.
-¿Y de la evolución del liderazgo de Fabra?
-Es algo incuestionable. Cada paso que ha ido dando ha sido pensando en el futuro y en mejorar el presente que se encontró. Quien vea debilidad en su seriedad y prudencia se equivoca. Si se mira su trayectoria y las decisiones que ha asumido en este año y medio, lo que a simple vista parece una renovación, observado con mayor perspectiva supone una revolución sin precedentes.
-¿Ha cambiado en sus formas respecto a la etapa en la que fue alcalde de Castellón?
-No. La esencia de los méritos que le auparon hasta la presidencia de la Generalitat siguen ahí. Es cierto que no es lo mismo liderar el mayor crecimiento que ha vivido Castellón que gobernar la crisis más dura que ha sufrido la Comunidad Valenciana, pero sigue manteniendo la misma prudencia, temple y firmeza de siempre.
-¿Es un problema para Castellón y el resto de la Comunidad el pacto CiU-ERC en Cataluña?
-Para Castellón no especialmente, pero para el conjunto de España sí es un problema, y grande. Es un pacto contra natura surgido del mayor error político que he conocido en democracia. Lo curioso es que quien ha generado este grave problema se postula como abanderado de la solución. Es un chiste de pésimo gusto. Lo malo es que eso no solo lo pienso yo, sino que genera incertidumbre y desconfianza en toda Europa.
-¿Cree que hay que restablecer la señal de TV3 en la Comunidad Valenciana?
-Por supuesto, aunque entiendo que se tienen que dar unas condiciones mínimas para garantizar la reciprocidad.
-¿Las Diputaciones están supliendo la falta de pago de la Generalitat a los ayuntamientos?
-La Diputación de Castellón presta en cada momento el servicio que merecen nuestros ayuntamientos. Siempre hemos sido la institución más cercana, que llega donde otros no llegan y que, además, llega la primera y no se va nunca. Si hoy tienen problemas de tesorería, antes del 15 de enero les transferiremos 36 millones de euros para que atiendan sus pagos.
-¿Carlos Fabra es definitivamente historia?
-Carlos Fabra es historia, pero historia viva, de la provincia de Castellón.
-¿Qué opinión tiene de la «doctrina Fabra» que deja fuera del partido y de la Generalitat a los imputados?
-La comparto al 110% en lo referido a los casos de corrupción.
-¿El grupo parlamentario popular está a la altura de lo que se espera de él, que dé soporte a la acción de gobierno de la Generalitat?
-Seguramente este no sería el grupo que el presidente Fabra quisiera, pero estoy convencido de que, bajo la inteligente batuta del síndic Jorge Bellver, responderá a las necesidades de un gobierno que tiene como respaldo fundamental a la inmensa mayoría de la sociedad valenciana.
-¿Ve posible que el PSPV se alinee con formaciones más a su izquierda con el objetivo de conformar un tripartito como alternativa de gobierno al PP en la Comunidad?
-El pacto de un tripartito sería la versión cutre de Aquí no hay quien viva. El PSOE va de saldo porque su producto no ofrece la calidad suficiente, la que hoy nos exige el mercado de votantes, la que nos reclaman los ciudadanos. A Ximo Puig no le queda más remedio que ofrecer dos por uno a sus afiliados para repuntar a nivel interno; y tres por uno en la calle, en una fórmula en la que el PSOE puede terminar siendo un simple complemento de un pack de rebajas junto con Compromís y Esquerra Unida.
-¿Detecta una mejora en las relaciones Comunidad Valenciana-Gobierno?
-Creo que nunca han sido malas. Todo lo contrario: Rajoy es muy sensible con nuestras necesidades, como ha demostrado esta semana anunciando la licitación del Corredor Mediterráneo para 2013 y dando soporte financiero a nuestra comunidad.
-¿Y en la imagen de la región en el resto de España?
-En esta vida, a veces, más vale caer en gracia que ser gracioso. A la Generalitat la crucificaron por anunciar que acudiría al Fondo de Liquidez Autonómica y, sin embargo, cuando luego lo han hecho casi todos, incluidos socialistas y nacionalistas, se da la paradoja de que parece que lo hacen casi obligados por los «malos» del Gobierno del PP. Hay mucha hipocresía por parte de los que nos metieron en este lío.
-¿Tienen poca «entrada» en Madrid los dirigentes políticos de la Comunidad?
-A nivel público puede parecerlo. Yo siempre he creído mucho más en el trabajo discreto que da frutos que en las fotos vacías que no resuelven nada. En la negociación de la tasa del gas a la cerámica dimos buena muestra de ello.
-¿Tiene usted interlocución directa con el Gobierno de Rajoy?
He encontrado las puertas de los ministerios abiertas a cada demanda en favor de Castellón. Desgraciadamente, la caja está vacía porque los que había antes se gastaron hasta lo que no tenían.
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