Ciudadanos fía su futuro a seducir a una clase media, pragmática y en edad de formar familia

CS corre un riesgo real de desaparecer del resto de las comunidades autónomas y de las grandes ciudades, incluidas aquellas donde todavía gobierna. Madrid capital, la joya de la corona, es la plaza donde aparentemente más aguanta el tipo el partido, gracias al empuje de la vicealcaldesa, Begoña Villacís, olvidado ya el desconcertante episodio en el que coqueteó con la idea de compartir listas con el Partido Popular. Pero ni siquiera ahí los sondeos garantizan la presencia liberal tras los comicios.

Consciente de las dificultades, y resuelta ya la crisis de la formación en Aragón, donde CS ha designado directamente candidatos sin previo paso por primarias, la dirección nacional del partido se afana en obtener rédito por la vía programática. Una vuelta a las esencias, a la formación reformista que se abrió paso en el panorama estatal a base de propuestas.

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Ahora, CS lo fía todo a conquistar el voto de una clase media, pragmática y en edad de formar una familia. «Ningún partido tiene una propuesta coherente y volcada en el proyecto vital de cada uno», sostienen fuentes de la formación en conversación con este diario, al que explican que su oferta va dirigida a todo tipo de familias: tradicional, entre personas del mismo sexo, monoparentales... La polémica por la reciente maternidad de Ana Obregón, por ejemplo, ha llevado a Ciudadanos a recuperar la batalla para regularizar la gestación subrogada «altruista y garantista», con límites como, por ejemplo, la edad de los progenitores.

Más allá del mapa meramente ideológico, CS está promoviendo medidas fiscales muy concretas, todas ellas encaminadas a favorecer a las familias de clase media y la conciliación entre la vida laboral y personal. ABC ha tenido acceso a una iniciativa de los liberales que todavía no se ha hecho pública, como es la proposición de bonificar las cotizaciones de trabajadores con hijos a su cargo. Concretamente, plantea que se financien por completo las cotizaciones a la Seguridad Social de los empleados con un hijo menor de tres años o con dos menores de doce.

Esto, según las tesis de CS, incentiva la contratación de personas con menores a su cargo, ataja la principal causa de brecha laboral entre hombres y mujeres -la maternidad- y fomenta la sostenibilidad a largo plazo de la propia Seguridad Social. Una de las principales obsesiones de Ciudadanos, por no decir la mayor, es ahora el sistema de pensiones, que ve insostenible. Propone al respecto que las pagas correspondientes a la jubilación no se indexen a la inflación, sino a la evolución de los salarios de los jóvenes, que son los que tienen que sostenerlas.

Así pues, aunque bonificar esas cotizaciones supondría un coste a las actuales arcas públicas -en el partido no han calculado la dimensión del mismo porque hay datos para ello de los que solo dispone el Ministerio de Seguridad Social-, en CS argumentan que es una inversión a largo plazo porque se fomentaría la natalidad. Con una pirámide poblacional envejecida y una tasa de natalidad bajísima, los liberales insisten en la imperiosa necesidad de revertir esta tendencia.

La portavoz política de CS, Patricia Guasp, ya anunció otras medidas en la misma línea, como reducir diez puntos el IRPF para las familias que tengan dos hijos -algo que, según el partido, podría suponer 3.000 euros de ahorro por hogar-, lanzar una beca infantil que cubra el cien por cien de las guarderías «públicas y privadas» y establecer la gratuidad en los colegios de transporte, comedor y actividades extraescolares.

Todo ello, al margen del consiguiente beneficio para los bolsillos de las familias, ayudaría, según CS, a la conciliación. Un objetivo que ha llevado también a la formación liberal a apostar por la flexibilidad laboral. La idea, detallan fuentes del partido, es que el empleador fije una franja horaria de presencia obligatoria y que en el resto de la jornada el trabajador tenga la libertad de ejercer desde donde decida.

Aparte, propone «dar una vuelta» a la administración pública, porque a su entender, en la actualidad, parece que los ciudadanos están a su servicio en vez de al revés. Algo que enlaza con esa intención de mimar a las personas, «gente de rentas medias y edad media», que a su juicio no están «amparadas» por el sistema: «Las políticas ahora están volcadas de forma casi exclusiva en la población mayor. Hay que pensar también en quienes sustentan la economía y el Estado».