El rol de Puigdemont intoxica la fase final de las negociaciones en Cataluña

Según han deslizado varios dirigentes republicanos a lo largo de los últimos días, la situación de Puigdemont, fugado a Bélgica tras el referéndum ilegal del 1-O, y la petición de este de encajar la estructura paralela a la Generalitat autonómica que ha formado desde Waterloo (el denominado 'Consell per la República' ) en el entramado institucional catalán es, desde hace días, motivo de fricciones graves que impiden alcanzar un acuerdo de investidura.

No en vano, desde Junts per Catalunya reclaman mantener a su líder como punta de lanza de la estrategia soberanista por encima de una Generalitat «autonómica» tutelada por el Estado y destinada a comandar asuntos más cotidianos. Los republicanos, por su parte, se niegan a subordinar su primer presidente desde la restauración de la democracia a los designios de sus adversarios, a los que vencieron -por la mínima- en las urnas el pasado 14-F.

Mientras unos y otros alargan el pulso, Puigdemont ha saltado al ruedo aprovechando el tercer aniversario de su detención en Alemania para reivindicar su labor en el «exilio» y disparar contra los «sectores del independentismo» que, según él, «lamentan» que no esté en prisión . «Banalizan lo que es hacer política desde el exilio, ayudan a hacer creíble el relato de que somos unos fugados que vivimos despreocupados, cómodamente e insolidarios con el sufrimiento de nuestros compañeros injustamente condenados. No importa. Ahora es el momento de la unidad y de la confianza».

Fuera de las filas neoconvergentes, otros nombres autorizados del movimiento soberanista también se han sumado a la campaña para preservar el rol superior de Puigdemont. Es el caso del cantautor y exdiputado Lluís Llach , quien ha pedido públicamente a ERC que refuerce el papel del 'consejo republicano' del expresidente. «No delegar en el Consell per la República las metas que desde una Generalitat intervenida nunca se podrán llevar a cabo es una irresponsabilidad . (...) A veces, la eliminación política de una persona se hace difícil si la avalan tantos votos», ha señalado en Twitter el artista, una voz bastante autorizada dentro del movimiento independentista.

ERC llegará este viernes a la investidura sin haber resuelto aún la ecuación de tono personalista marcada por Puigdemont -figura que sigue teniendo una notable capacidad de tracción supra partidista dentro del soberanismo-. No en vano, este viernes se celebrará el primer debate de investidura con el republicano Pere Aragonès de candidato y su partido no tiene atados los votos de ninguna otra formación independentista. La CUP debe decidir su voto en asamblea y en Junts aseguran que las negociaciones con los de Oriol Junqueras están aún muy verdes. La situación desespera a ERC.