Los taxistas de Barcelona mantienen la huelga «como mínimo» hasta este miércoles y harán servicios mínimos

Atendiendo a las peticiones de la Generalitat, que ha propuesto al sector del taxi recuperar el decreto ley que ya aprobó en agosto de 2017 para hacer compatible la actividad del taxi y de las VTC, los taxistas también han decidido implantar servicios mínimos gratuitos para urgencias y hospitales.

Se impone así la tesis de quienes veían con buenos ojos dar una «tregua» al Ministerio de Fomento, aunque una parte de los manifestantes siguen empeñados en proseguir con su paro indefinido. En cualquier caso, no habrá más novedades hasta mañana por la tarde, ya que el colectivo quiere esperar también a la la Conferencia Nacional del Transporte , que se tiene que celebrar mañana por la tarde en Madrid.

Los manifestantes no se han movido del asfalto de la Gran Via y paseo de Gracia, que siguen esta mañana prácticamente bloqueados al tráfico con unos 2.000 vehículos rojos y negros estacionados en sus carriles centrales. Los taxistas, muchos de los cuales han pasado allí la noche (durmiendo al raso, dentro del coche o en tiendas de campaña) están persistiendo en sus demandas , a pesar del aumento del sofocante calor en Barcelona.

«Cada vez estamos más cerca pero la huelga sigue en pie», manifiesta a ABC Pedro García, portavoz de la asociación Taxi Companys. A pesar de su fortaleza en seguir con la huelga, lo cierto es que este martes se han oído menos petardos y pitos que ayer. Además, al mediodía muchos taxistas se han marchado y no han comido en la zona. El intenso calor no les está poniendo fácil la huelga aunque algunos intentan combatirlo, como los taxistas paquistaníes que, como ayer, han vuelto a repartir agua y plátnos entre los transeúntes.

En el centro de la ciudad, junto a los manifestantes taxistas, otros colectivos aprovechan para hacer sus reclamaciones. Es el caso de Carmen Castro, una mujer de 74 años, que pide que la Generalitat le de una solución al problema que vive desde principios de año: «Hice un contrato de cinco años con la familia que vive allí, desde este año no me pagan y viven como si nada. Yo estoy sola, cobro 600 euros con los que no puedo vivir y lo único que pido es mi casa, es muy triste esto».