Cáritas alerta de la caída de donativos de empresas tras la crisis

«No queremos hacer una crítica pero sí constatar un fenómeno que ya sabíamos. Había empresas que hacían donativos al tercer mundo que cuando la crisis llegó nos hicieron receptores de sus ayudas. Ahora, poco a poco, están volviendo a derivarlos a su finalidad inicial», ha explicado el director de Cáritas Barcelona , Salvador Busquets. El responsable de la entidad eclesial ha afirmado que en el caso de Cáritas Diocesana de Barcelona estos donativos pasaron el año pasado de 3,8 a 2,8 millones de euros, una caída nada desdeñable para una entidad que solo el año pasado atendió a más de 13.000 hogares.

Sobre esta cuestión, Busquets ha resaltado que las empresas ven como sus resultados corporativos mejoran, con lo que intuyen que la situación de las capas más deprimidas de la sociedad lo hace también. Nada más lejos de la realidad. «Desde el mundo social observamos que hay una bolsa muy grande de personas en situación de vulnerabilidad y exclusión», ha alertado tras recordar que varios indicadores demuestran que el número de personas en situación de vulnerabilidad sigue creciendo.

Según la memoria de Cáritas presentada hoy en Barcelona en un acto presidido por el obispo auxiliar Sergi Gordo, la entidad atendió a un 9% más de hogares el último año. «Durante los años más graves de la crisis fueron más altas pero son unas cifras récord», ha detallado la responsable de análisis social e incidencia de la entidad, Míriam Feu. En este sentido, desde la ONG han advertido de que la sociedad tiene en la pobreza «una heridas social profunda» que ha dejado el «ascensor social» fuera de servicio.

«Si desde Cáritas podemos contribuir a una acción sanadora, terapéutica, es bueno pero si podemos solucionar estos problemas, mejor que mejor. Hemos cumplido 75 años pero eso no nos llama a jubilarnos sino a seguir trabajando», ha resaltado monseñor Gordo tras insistir en la importancia de tener en cuenta las cifras presentadas por la entidad. Entre estas destacan dos: que un 66% de los atendidos por Cáritas eran extranjeros que huyeron de la violencia en sus países (de Venezuela, Honduras y Colombia , principalmente) y que el 60% de los hogares con menores ayudados ya habían requerido de apoyo social en el pasado. Para Cáritas eso demuestra un grave problema de «transimissión intergeneracional de la pobreza».