Sánchez perdona a Junqueras más de nueve años de prisión

El Tribunal Supremo impuso a los nueve responsables del desafío secesionista del otoño de 2017 encarcelados penas que oscilan entre los nueve años de prisión de los líderes de las entidades independentistas, Jordi Cuixart (Òmnium) y Jordi Sànchez (ANC), y los 13 años al exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras.

A Junqueras , que ha cumplido poco más de la cuarta parte de su condena, Sánchez perdona más de nueve años de prisión . Y es que el cumplimiento íntegro no se produciría hasta finales de octubre del año 2030. Junqueras saldrá de prisión gracias a un indulto que hace un par de años rechazaba: « Que se los meta por donde les quepa », decía en 2019.

El indulto ahorra a los exconsejeros Jordi Turull , Raül Romeva y Dolors Bassa ocho años y medio de prisión (sus penas se extinguirían en febrero de 2030) y algo más de ocho años también a la exvicepresidenta del Parlamento catalán Carme Forcadell , cuya pena se extinguiría en septiembre de 2029.

La pena impuesta al exconsejero Josep Rull caducaría en agosto de 2028 y la de Joaquim Forn en abril del mismo año. Quienes tenían más cerca el final de su etapa carcelaria eran los 'Jordis' (octubre de 2026). Los dos líderes de las entidades independentistas son los que han cumplido una mayor parte de sus condenas en prisión. Y es así al haber sido condenados a la pena más corta de entre los nueve políticos presos y, también, por ser quienes más tiempo han estado en prisión provisional antes de la sentencia (728 días).

Los políticos presos quedarán libres, gracias a los indultos de Sánchez , después de haber pasado más de tres años en prisión , en los que la Generalitat les ha concedido un trato privilegiado, que en varios momentos ha indignado a la Fiscalía. Beneficiándose de que las visitas de cargos institucionales a los centros penitenciarios no están limitadas -como sí ocurre con las familiares-, los presos secesionistas consiguieron convertir la prisión en verdaderos despachos. Ha sido especialmente significativo en el caso de la cárcel de Lledoners (Barcelona), donde cumplen prisión los siete hombres, que se convirtió en sede habitual de negociaciones políticas, tanto a nivel estatal como autonómico.

Pero las maniobras de la Generalitat en beneficio de los presos fueron, sobre todo, los intentos por aligerar sus condenas con salidas continuas de prisión . Más allá de los 36 días al año de permisos ordinarios, que, por estar clasificados en segundo grado, corresponden a los nueve presos, los servicios penitenciarios catalanas han intentado retorcer las normas para dejarles salir todo lo posible .

Primero, con la aplicación de un artículo del reglamento penitenciario, el 100.2, la Generalitat les permitió que salieran diariamente de prisión para trabajar o hacer voluntariados. Tal y como explicó en exclusiva ABC entonces, el gobierno catalán concedió el 100.2 a los presos hasta diez veces más rápido que al resto de la población penitenciaria de Cataluña. Acabó siendo revocado después de recurrirlo la Fiscalía al considerarlo un «tercer grado encubierto» .

Y luego llegaron los terceros grados (semilibertades) propiamente dichos. La Generalitat intentó, por dos veces, que los líderes presos solo tuvieran que regresar a la prisión de lunes a jueves y permitirles pernoctar en casa los fines de semana. La Justicia tumbó ambos intentos . Este mes de julio, los servicios penitenciarios tendrían que volver a revisar la clasificación de los presos y decidir si desafiar a la justicia con otro tercer grado. Ahora, con los indultos, ya no será necesario.