Aragonès reúne de urgencia a su gobierno para atajar la crisis abierta por Junts

Está previsto que Pere Aragonès comparezca en para realizar una declaración. La crisis se ha abierto después de que Albert Batet, presidente de Junts en el Parlament, pidiese al presidente de la Generalitat que presentara una cuestión de confiaza.

Nervios en el Palau de la Generalitat. El ultimátum lanzado por Junts este martes, a última hora del día, a sus socios de gobierno ha llevado al presidente autonómico a anular toda su agenda oficial prevista para hoy, que se centraba en una visita a Gurb y Berga (Barcelona). Además, ha citado a todo el Govern a una reunión extraordinaria. El objetivo de esta reunión es zanjar la enésima crisis interna abierta en el debate de política general para evitar la ruptura entre ERC y Junts.

Aragonès ha convocado al Govern después de estar reunido toda la mañana con su equipo más cercano, incluyendo la consejera de la Presidencia, Laura Vilagrà, que también ha suspendido su agenda oficial, al igual que el vicepresidente autonómico, Jordi Puigneró, hombre fuerte de Junts en el Govern. La tensión entre los socios de gobierno volvió a poner en peligro la coalición anoche, al poco de que Batet pidiera al presidente de la Generalitat que presentara una cuestión de confianza si no cumplía varias exigencias.

'A priori', no parece que Aragonès vaya a cambiar su posición, defendida en el debate de política general y que consiste en apostar por la vía canadiense, es decir, acordar un referéndum de secesión con el Gobierno. Por eso, el planteamiento de Junts, que podría derivar en elecciones anticipadas, supone, para ERC, la apertura de una nueva crisis de confianza entre socios. «No entraré en ningún juego que someta a las instituciones catalanas a una incertidumbre y a una interinidad que los ciudadanos no merecen», aseguró ayer.

El partido que controlan Laura Borràs y Jordi Turull, bajo la atenta mirada de Carles Puigdemont, está a la espera de una respuesta de Aragonès y mantiene la exigencia de avanzar hacia la independencia desde el Govern a un ritmo más rápido que el propuesto por ERC, pero sin concretar cómo. Está por ver si la reunión extraordinaria de esta tarde resuelve una tensión que se centra, sobre todo, en controlar la presidencia de la Generalitat, con la excusa de los tiempos para que Cataluña se separe del resto de España.

Pero la desconfianza entre ambos partidos es ya total. Fuentes del Govern, del entorno de Aragonès, señalan a ABC que el presidente no puede aceptar ultimátums, como el lanzado por Batet, y consideran que el respeto institucional debe prevalecer. «El Govern debe estar al 100% para abordar la crisis económica, social y resolver el conflicto político», apuntan las mismas fuentes. Batet exigió a Aragonès que cumpla con el pacto de investidura, que incluye la coordinación de los dos grupos en el Congreso y, entre otras cosas, que la mesa de diálogo trate temas relacionados con la secesión.

Mientras tanto, la crisis de Govern ya se ha trasladado al Parlament. ERC y Junts no han presentado propuestas de resolución juntos sobre el tema de la independencia en el debate de política general, como suele ser habitual, en tanto que socios de gobierno. Tras el debate de ayer hoy es el día en que los grupos registran sus propuestas (que se votarán el viernes y hay de plazo hasta mañana para transaccionarlas). Ambos grupos han tramitado sus propias propuestas sobre este tema, lo que supone la evidencia de que la relación, al menos entre los grupos parlamentarios, está 'rota'.

A la espera de nuevos movimientos, la CUP movió pieza anoche. Los antisistema registraron una moción en el Parlament instando a Aragonès a que se someta a una cuestión de confianza, antes de que finalice este mismo año, en la línea de lo planteado por Junts: «Ante el cambio de alianzas del Govern respecto a la investidura, y por tanto de mayorías parlamentarias, y ante el incumplimiento del acuerdo que hizo posible el inicio de legislatura, el Parlamento de Cataluña insta al Govern que el presidente de la Generalitat se someta a una cuestión de confianza antes de que finalice el año 2022».