El oasis catalán

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Como buen carlista derrotado con ansia de obtener alguna cuota de poder, Carles Puigdemont, a la manera de los carlistas vencidos del siglo XIX y principios del XX, pactará con los vencedores

Artículos de Miquel Porta Perales en ABC

Carles Puigdemont y Pedro Sánchez en el Palacio de la Generalitat de Cataluña, el 15 de marzo de 2016 Inés Baucells

Miquel Porta Perales

Barcelona

31/07/2023 a las 13:47h.

Como buen carlista, Carles Puigdemont ha participado en los conflictos recientes protagonizados por el nacionalismo catalán. Si sus antepasados –una tradición secular- protagonizaron la 'guerra dels malcontens' (1827), la 'guerra del matiners' (1846) o la tercera guerra carlista (1872), Carles Puigdemont ha sido ... uno de los protagonistas –el cabecilla que sustituyó al nunca bien ponderado Artur Mas- del denominado 'procés'.

La cuestión que hoy se nos plantea –visto el resultado de las recientes elecciones generales- es la siguiente: Carles Puigdemont –al parecer, el padre espiritual de un Junts formado por varias taifas-, ¿dará el visto bueno a la investidura de Pero Sánchez? No es fácil saber, o adivinar, el pensamiento de un imprevisible prófugo de la Justicia dotado de una peculiar lógica borrosa a la carta en que todo vale y todo se mezcla y confunde. A ello, incorporen las presiones de una ERC que, aunque débil, forma también parte de la conjura independentista. Al respecto, hay que añadir que, en las elecciones generales, Junts perdió 150.000 votos y el independentismo catalán que en las generales de 2019 sumaba el 42,6% de los votos, en las generales del 2023 suma el 27,06% de los votos. Por si ello fuera poco, ERC y Junts ni siquiera alcanzan a tener un grupo parlamentario propio en el Congreso de los Diputados.

Volvamos a la pregunta: ¿cómo actuará el prófugo de Waterloo? Mi hipótesis es la siguiente: como buen carlista derrotado con ansia de obtener alguna cuota de poder, Carles Puigdemont, a la manera de los carlistas vencidos del siglo XIX y principios del XX, pactará con los vencedores. De lo perdido, saca tajada. Una buena tajada, en este caso.

Si los carlistas catalanes de hace más de un siglo se ajuntaron con la Lliga Regionalista, los carlistas catalanes de hoy se ajuntarán o no –con capitulaciones prematrimoniales incluidas- con ERC en beneficio de Junts. Si el carlismo catalán de antaño reclamaba Cortes catalanas, Justicia, funcionarios catalanes, catalanización de la escuela, ejército regional o revitalización del fuerismo perdido en 1714; el carlismo catalán de hoy ya tiene preparado el menú que pedirá a Pedro Sánchez. Algunos platos del menú: Parlament soberano o casi soberano, Tribunal Supremo catalán, indultos a granel, monolingüismo de 'iure' y de facto, escuela catalanizada, concierto económico a la vasca, acabar con el déficit fiscal, representación internacional, salida de la Policía Nacional y la Guardia Civil de Cataluña.

Traduzco el menú escrito en lengua catalana: una suerte de nuevo proceso deconstituyente o neoconstituyente que será sometido a referéndum a través de una pregunta que ni siquiera un hermeneuta alemán sabrá descifrar.