Ignacio Garriga (Vox): «Considero a Illa el líder de un partido separatista más»

—Ustedes se han personado como acusación particular en el caso contra Begoña Gómez.

—Es un paso más hacia confrontar esa apropiación de la regeneración democrática. Cuando Sánchez habla de regeneración democrática lo que quiere es sepultar la crítica y garantizar la impunidad, la suya y la de su entorno, y fomentar el enfrentamiento.

—Lo que ha ocurrido, ¿les beneficia o les perjudica a nivel electoral?

—Claramente perjudica a los catalanes y perjudica al PSC, a Salvador Illa. Volvemos a centrar una campaña en los personalismos, entre Sánchez y Puigdemont, en dos personas que no están en el día a día de los catalanes, pero que sí están contribuyendo a condenar a los catalanes a que sus problemas vayan peor y, sobre todo, que muchos otros no se lleguen a gestionar. Puede ser una campaña donde de nuevo la violencia política, la falta de libertad y el intento de silenciarnos, vía medios de comunicación, vuelva a estar a la orden del día.

—¿Cómo valora que Junts quiera gestionar la inmigración, siendo este un asunto de ámbito nacional?

—Quiero recordar que hace tan solo unas semanas, desde ERC hasta el PP, pasando por Junts, decidieron aprobar la regularización de más de medio millón de personas en situación irregular. Estamos radicalmente en contra de que una competencia como es la de materia migratoria la asuma una comunidad autónoma, entre otras cosas porque es una competencia muy transversal a muchos ministerios y porque nosotros planteamos que sea el Estado el que recupere ciertas competencias en detrimento de las autonomías para garantizar la igualdad de todos los españoles. La inmigración ilegal está relacionada directamente con el incremento de la delincuencia. Si tuviéramos la capacidad de gobernar en Cataluña acabaríamos con esas ayudas sociales que son el mayor factor de atracción de inmigración ilegal e instaríamos al Gobierno a que lleve a cabo bloqueos migratorios, que no regularice a personas irregulares y aplique las leyes de deportación.

—La realidad, sin embargo, es que a los inmigrantes ilegales no se les puede devolver a sus países.

—Ese es el gran problema. Y eso es a lo que nosotros queremos ir.

—El Estado tiene que dar una solución para mantener la convivencia, no se puede echar a medio millón de personas. Un mal menor, para el Estado, es que esas personas puedan trabajar.

—Nosotros no queremos gestionar el mal menor. Queremos evitar que ese medio millón de personas llegue a territorio nacional. Hay que evitar que esas personas sean condenadas a un viaje en manos de mafias donde algunas personas puedan morir en el Mediterráneo. Hay que potenciar los convenios de repatriación con terceros países, en lugar de rendir la soberanía o reconocer a ciertos territorios que a los españoles y a los catalanes nos quedan muy lejos.

—¿Cómo se soluciona el problema de acceso a la vivienda en Cataluña?

—El problema de la vivienda es uno de los graves problemas que tenemos en Cataluña por culpa de la nefasta gestión de Aragonès y del PSC, que también ha gobernado en los últimos años en Cataluña. Es una muestra más de cómo los separatistas y los socialistas han condenado a una Cataluña decadente, a una degradación paulatina de Cataluña en todos los ámbitos, también en materia de vivienda, expulsando a muchos jóvenes a tener que buscarse el futuro fuera de Cataluña. Menos regulación y más facilitar vivienda. Hay que liberar más suelo para quien quiera construir. Necesitamos más parque de vivienda. Y hay que hacer una apuesta decidida para levantar vivienda de protección oficial en régimen de alquiler y en régimen de compra. Hay que impulsar a nivel nacional acabar con el IVA para comprar la primera vivienda. Y nuestra propuesta estrella, que es facilitar préstamos a los jóvenes. Y también hay que reducir impuestos, como el de Transmisión Patrimonial.

—En cuanto a la financiación, ¿hay que mejorar la de Cataluña?

—Hay que mejorar la financiación de Cataluña, pero la financiación de los catalanes. Hay que salir de ese debate de 'Cataluña necesita' o 'a Cataluña le deben'. A quien se le debe de verdad es a los catalanes, sometidos a un infierno fiscal de más de 15 impuestos propios. La gran propuesta fiscal de Vox en Cataluña es facilitar la fiscalidad de los catalanes. Eliminar los 15 impuestos propios. Pero para ello, previamente, hay que acabar con esa industria política que han creado el separatismo y el socialismo. No voy a entrar en si Cataluña necesita más o menos cuando son los sucesivos gobiernos de la Generalitat quienes han malversado fondos públicos destinándolos a sus proyectos separatistas y no han hecho nada para mejorar la fiscalidad de los catalanes.

—¿Las encuestas apuntan a un crecimiento del PSC y del PP, y que Vox aguantaría. ¿Qué reflexión hace?

—Elección tras elección, hemos obtenido cada vez más apoyo de los catalanes desde 2019. Estamos convencidos de que así será en estas elecciones del 12 de mayo. Y, sobre las encuestas, hemos visto cómo en el País Vasco pronosticaban que no íbamos a entrar. En 2021 nos decían que íbamos a sacar la mitad de los diputados que al final sacamos. Estoy convencido de que vamos a romper todas las predicciones de las encuestas y cumplir nuestro objetivo, que no es otro que dar un paso más para estar cada día más cerca de esa Cataluña postseparatista. Y se demostraría que los relatos que sostienen que si sube Vox baja el PP corresponden más a la voluntad de querer matar a Vox, cuando Vox es una formación política que está consolidada y ofrece una alternativa.

—¿Apoyarían una alternativa de Salvador Illa para que Puigdemont no fuera el próximo presidente de la Generalitat?

—Jamás. Y puedo hablar con mucha rotundidad. No, no haríamos presidente a Illa. ¿Estaría dispuesto a garantizar la libertad educativa en Cataluña en materia lingüística? ¿Estaría dispuesto a acabar con la industria política que ha creado él con el separatismo, que nos ha llevado a tener más de 15 impuestos propios? ¿Illa estaría dispuesto a cerrar embajadas, esos más de 260 organismos, asociaciones y fundaciones que ha creado el separatismo? ¿Estaría dispuesto a acabar con esas políticas que favorecen la llegada de inmigración ilegal y que disparan la inseguridad en Cataluña? Illa no apoyaría todo eso. No podríamos apoyar a Salvador Illa. Hay que desenmascarar a Illa, uno de los grandes responsables de que el separatismo esté hoy como está. Considero a Illa el líder de un partido separatista más. Es una cara de la misma moneda, con Aragonès, y no alternativa.

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—¿Qué programa electoral se acerca más al de Vox, el de Junts o el del PSC?

—En materia lingüística, ninguno de los dos. Y en materia de inmigración ilegal, ninguno de los dos. Ni a Junts ni al PSC les he oído decir que están dispuestos a acabar con los 15 impuestos propios. Ofrezco a los catalanes un proyecto de esperanza alternativo que recupere la educación, la seguridad de los barrios, la prosperidad de los catalanes, acceder a una vivienda, tener una fiscalidad justa. Pero que quede muy claro: Vox no va a apoyar ni al PSC ni a Junts porque son los responsables de los problemas de Cataluña.

—Si Puigdemont es presidente, ¿cree que iríamos a un nuevo 2017?

—Aspiro, en primer lugar, a que Puigdemont sea detenido e ingrese en prisión. Y que el Tribunal Supremo intervenga. Y paralice la amnistía. Dicho esto, si Puigdemont llegara a ser investido no tengo ninguna duda de que volveríamos al escenario de 2017, donde el separatismo protagonizó un desafío con la declaración unilateral de independencia y se evidenciaría lo que llevamos denunciando desde hace mucho tiempo, que la amnistía ha sido un acto de traición a la democracia, una voladura del Estado de derecho, una clara injerencia en la separación de poderes y que esa gran mentira de que abríamos la etapa de la normalización social e institucional y de que mejoraría la convivencia en Cataluña es una gran mentira, para protagonizar el mayor acto de corrupción que ha sido comprar siete votos a cambio de una amnistía.

—Si usted es presidente, ¿cuál es la primera medida política que adoptaría?

—Abordar un plan de choque para garantizar la seguridad en las calles y acabar con la inmigración ilegal.