La tarde del 20 de marzo, una mujer de edad avanzada recibió varios mensajes en su teléfono móvil. Le alertaban de que su hijo, de 52 años, estaba secuestrado y le exigían un pago de 2.500 euros para liberarlo. En caso de ... negarse, la amenazaron, le darían una paliza. Muy preocupada, la progenitora denunció el rapto en la comisaría de los Mossos d'Esquadra en Sant Cugat del Vallès (Barcelona).
Los agentes de la unidad central de secuestros se hicieron cargo del caso, «dando total credibilidad» a la denuncia, y comenzaron a buscar al hombre. Solo un día más tarde, les llegó una información: la supuesta víctima se encontraba en el centro de Sabadell. Alguien lo localizó paseando.
Fue así como los investigadores llegaron hasta el hombre, que acabó confesando que había simulado el rapto para conseguir dinero y así afrontar «unas deudas personales» que había contraído. Los Mossos lo detuvieron, también acusado de amenazas condicionadas con ánimo de lucro hacia su madre. Tras pasar a disposición judicial, ha quedado en libertad con cargos.
Fingir un rapto
El Cuerpo catalán avisa: la simulación de delitos está castigada por el Código Penal. Y es que esta no es la primera vez que los agentes se encuentran con un secuestro simulado. En octubre de 2021, una mujer de 47 años fingió su propio rapto y exigió a su pareja, ingresada en un hospital, 6.000 euros en concepto de rescate.
Los Mossos la localizaron jugando al bingo en Badalona (Barcelona). En aquella ocasión, también pretendía sufragar una deuda con el dinero.
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