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Shambhala

Clamor contra Port Aventura

Ni pagando la entrada con más privilegios y más cara tiene hoy ningún sentido ir a este parque temático, porque aunque sea un día entre semana, García habría pensado algo para que pagues lo que pagues, tu experiencia sea infructuosa y desagradable

Salvador Sostres

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Lo que tantas veces ABC ha denunciado ha acabado por convertirse en queja clamorosa y generalizada. De un tiempo a esta parte, y bajo la dirección de David García, Port Aventura se dedica a destruir la experiencia de sus clientes de un modo consciente y ... premeditado. Con la misma afluencia pero con una gestión mejor, las colas en sus atracciones serían de no más de 20 minutos, los usuarios que pagaran un pase rápido no tendrían que esperar ni siquiera este tiempo, el negocio sería mucho más caudaloso y el parque tendría el prestigio y el buen nombre que por la excepcional calidad de sus atracciones merece. Pero el director García, que ha dedicado toda su trayectoria profesional a arruinar el bienestar del destinatario último de las empresas para las que ha trabajado, ha convertido Port Aventura en un infierno. Este Halloween fue el desastre que colmó la paciencia de los asistentes. Ni pagando la entrada con más privilegios y más cara tiene hoy ningún sentido ir a este parque temático, porque aunque sea un día entre semana, García habría pensado algo para que pagues lo que pagues, tu experiencia sea infructuosa y desagradable. Es lo mismo que minuciosamente planeó y consiguió en las aerolíneas que trabajó antes, con la vergüenza añadida de que en Port Aventura sus víctimas son niños.

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