La Fiscalía rechaza la querella por abusos contra el policía infiltrado: «Aceptaron libremente sin violencia ni intimidación»

En un escrito de 33 páginas, remitido al Juzgado de Instrucción 21 de Barcelona, el Ministerio público señala que el relato de los hechos de las querellantes -en abril se sumó una sexta afectada al procedimiento- «no revela la comisión de ningún tipo delictivo» por lo que «no procede» admitir la queja. Así, el fiscal detalla que solo una de ellas manifiesta haber mantenido relaciones sexuales con el agente una vez entró en vigor la modificación del Código Penal con la ley del 'solo sí es sí' ´-reforma de los delitos contra la libertad sexual- por la que podría imputársele agresión. Aún así, no considera que el «error que se alega» -el engaño por parte del policía- «fuera equivalente a una ausencia total de consentimiento», por lo que tampoco sería aplicable el actual delito.

«Las querellantes eran adultas en el momento de consentir las relaciones sexuales y no consta que sufrieran cualquier limitación en su capacidad para consentir sexualmente, ni que se encontraran en una situación de especial vulnerabilidad de la que se prevaliera» el agente, reza el escrito, que abunda: «No solo es que no pudiera abusar de su condición de policía, que desconocían, es que precisamente se dice, de forma positiva, que actuaba como un modelo de la 'nueva masculinidad'».

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Por eso, sostiene el Ministerio público, «aceptaron libremente, sin violencia e intimidación, las relaciones sexuales y mantuvieron ese consentimiento durante su práctica». También rechaza que el agente incurriese en un delito de torturas. «Aún partiendo de la hipótesis de que mantuvo relaciones sexuales para obtener información, cuando se produjeron, no se daba ninguna relación asimétrica entre ambos». Apunta así el fiscal que el funcionario no pudo abusar de ser policía -como en el supuesto anterior- porque las afectadas desconocían que era, efectivamente, policía.

De igual forma descarta que existan indicios de un delito contra la integridad moral, porque, aunque las querellantes tengan «sentimientos de malestar a 'posteriori,' no convierte su experiencia en un acto degradante». Rechaza también una supuesta revelación de secretos, ya que «se desconoce qué clase de información le facilitaron o pudo obtener». Y señala: «sin un mínimo de base indiciaria, no puede calificarse la imputación y la solicitud de investigación de este delito como prospectiva».