Apenas tenia cinco años cuando la Monumental de Barcelona cerró sus puertas, por una gran mentira política no ha visto toros en su tierra, sabe lo que es recorrer cientos de kilómetros para dar un muletazo a una becerra, vive el exilio para ser torero, ... y acaba de proclamarse el número uno de los novilleros.
Mario Vilau, alumno aventajado de la Escuela Taurina de Cataluña, ha cuajado una excelente temporada en el escalafón de los novilleros con caballos y el pasado domingo puso un gran colofón en la final de los circuitos de novilladas que se celebran en las diferentes comunidades. Mario había impactado en el circuito de Valencia y como ganador tuvo un puesto en la final de Sanlúcar de Barrameda. Compitió con chavales de Extremadura, Madrid y Andalucía, y triunfó a lo grande.
El torero de Hospitalet cortó las dos orejas y el rabo a un buen novillo de Fuente Ymbro y dejó sobre el albero todo lo bueno que viene apuntando desde que dio los primeros pasos en la Escuela. Faena de ambición, sin atropellos, de sosiego, de buen toreo, que dio la dimensión de un diestro con futuro.
No fueron pocos los aficionados catalanes que acudieron a la plaza gaditana para apoyar a su torero, y muchos más los que se emocionaron e ilusionaron por el gran triunfo, que vieron a través de Canal Sur. Un éxito que significa mucho para quienes viven en la resistencia, una tarde que supone una inyección de moral para la Cataluña taurina. Un prometedor futuro para un joven novillero que ha demostrado cuáles son sus poderes y una luz de futuro para los aficionados, que, como él mismo, tienen un argumento más para mantenerse en la lucha.
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