punto de vista
Doble rasero
La impecable entrevista, por contenido y forma, tuvo su controversia en el momento en que lo técnicamente perfecto sonó incorrecto
A un año vista
Sin tregua

La dimisión de la directora general de Salud Pública, Sonia Tamames, es uno de esos episodios al que no podemos ni debemos sustraernos. La impecable entrevista, por contenido y forma, tuvo su controversia en el momento en que lo técnicamente perfecto sonó incorrecto para los ... prescriptores de lo que está bien y está mal. Puedo entender que lo arriesgado de la exposición, que la propia directora advirtió, doliera a los directamente afectados por la pandemia y que pudieran sentirse molestos por la crudeza de la misma, pero no por ello el análisis era incorrecto. No hubo ninguna provocación ni desconocimiento, por mucho que los de siempre se empeñen. De la solvencia y preparación de la directora solo dudan los desconocedores de la materia de la que trata y los sedientos de venganza que han dictaminado y juzgado y no admitirán que les demuestren lo contrario. A partir de ahí ya conocemos todo lo que ha pasado y su desenlace.
En un mundo en el que lo que importa no es ni la verdad, ni la realidad, sino lo políticamente correcto, da igual la solvencia científica, lo incontestable de los argumentos técnicos o la preparación de las personas. Lo que importa es lo que digan los juzgadores profesionales y la dictadura de este estercolero en el que se han convertido las redes sociales.
¿Pudo expresarlo mejor? ¿Con más sensibilidad? Posiblemente, pero no por ello el análisis iba a cambiar porque la realidad es tozuda. Si lo que hacemos ante los grandes desafíos es la política del avestruz, ignorar la realidad y la ciencia, lo que lograremos es que, ante futuras situaciones, que sin la menor duda podrían ser más graves y letales, estaremos huérfanos de cualquier trabajo previo que pudiera, si no evitarlas, al menos prepararnos para afrontarlas. Dicho lo cual, la vida sigue, seguirá habiendo un doble rasero donde se exigirán responsabilidades a unos y a otros se les perdonará todo. Echen un vistazo a lo que pasó en la pandemia y a la política nacional y tendrán incontables y elocuentes ejemplos.
Vivimos en un mundo donde todo cada vez es más relativo, donde todo sirve, no para saber la verdad, sino para establecer un relato. Desgraciadamente importan poco situaciones, informes técnicos o científicos o la realidad. Todo se justifica por el relato y liquidar al contrario. Las redes seguirán vomitando basura y entregando carnets de solvencia y conveniencia. Y así nos va.
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