ruido blanco
Viento de cola
En el efímero e irreal tiempo de la política después de la calma siempre llega la tempestad
Desprecio
Lo imposible
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónAl contrario que en la vida real a los partidos políticos no los une la adversidad. Ante la calamidad se convierten en una suerte de Juego del Calamar donde nada importa excepto salvar un asiento. Mientras se tiene el favor de los ciudadanos la música ... nunca para de sonar y sobran sillas donde acomodarse plácidamente. Pero cuando la melodía para, y acaba parando, nunca hay banquetas ni banquetes para todos. Por eso quien ha aprendido a jugar a la política evita nombrar a los suyos como amigos y les bautiza compañeros de partido. Ese eufemismo esconde cinismo, oportunismo y desconfianza. Habrá un día inevitable en que unos sean Judas y otros Bruto. A los partidos políticos solo los une la victoria o el olor a victoria, ese agradable viento de cola que ahora empuja al PP impulsándolo sin aparentes obstáculos a la fiesta del 23 de julio convocada por Pedro Sánchez. Tanto une un triunfo que no ha hecho falta que los populares reconquisten La Moncloa para evidenciar en las listas al Congreso aquella reconciliación pendiente. Han acomodado a los casadistas (niños perdidos que aupó Pablo Casado) con la misma sonrisa con la que hace no tanto les enseñaban la puerta.
Los partidos políticos son estructuras de conveniencia. Por eso saltan por los aires cada vez que les sorprende la derrota. Así intenta el PSOE caminar contra un huracán haciendo añicos varias direcciones provinciales para imponer huecos en las listas como método de pago. Del mismo modo implosiona el resto de la izquierda rompiéndose con estruendo desde dentro y evidenciando una vez más su inmadura incapacidad de gestionar el fracaso. El Sumar de Yolanda Díaz es un conglomerado de necesidad, venganzas y recelos. Un nuevo Frankenstein de paja que jamás aguantaría el primer soplido del lobo y que volverá a desmembrarse si se confirman las encuestas. El PP avanza viento en popa maquilladas las costuras y ultracongeladas las cuentas pendientes hasta que vuelva a arreciar la tormenta. Porque si hay algo demostrado científicamente en el efímero e irreal tiempo de la política es que después de la calma siempre llega la tempestad.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete