RUIDO BLANCO
La evolución contagiosa
Lean libros, vean teatro, visiten museos, practiquen las tradiciones y escuchen a los ancianos
Celebración del Día del Libro en Salamanca
Escribió Antonio Machado aquello de que «en cuestiones de cultura y de saber, solo se gana lo que se da» y con esa intuición casi mágica que alcanzan los sabios se adelantó un siglo a la ciencia. La cultura es tan importante que está ganando ... la batalla a la genética en la evolución humana. Varios estudios, el más reciente de la norteamericana Universidad de Maine, demuestran que el conocimiento y las prácticas culturales suponen avances más eficientes y rápidos que la herencia genética. Una nueva virtud para territorios como el nuestro con tradición y profundas raíces que se enredan en la niebla de los siglos.
La cultura nos hace mejores, más libres y ahora también mejor adaptados a nuestro entorno. No hacía falta que le dijeran esto a las generaciones que tenían en su vocabulario el refranero pero es preciso recordárselo a una sociedad cada vez más empeñada en que el progreso supone dar carpetazo a la esencia, los valores y el paisaje que nos moldearon como barro entre las manos de los dioses. Hay una corriente peligrosa que considera la cultura como un entretenimiento, un lujo estético y snob al que dedicar las tardes ociosas del domingo. Sin embargo, a la luz de las pruebas científicas, la cultura es un deber ciudadano y una responsabilidad familiar para no quedarse atrás en este nuevo y bendito darwinismo posmoderno.
La buena noticia es que la cultura es altamente contagiosa. «Se contagia gozosamente y alborozadamente se transmite», dijo Camilo José Cela si realizamos el pequeño gesto de sembrar un grano de curiosidad y un pellizco de belleza en cada niño. Incluso por necesidad como contaba el Premio Cervantes Eduardo Mendoza la semana pasada en Valladolid para explicar que las lenguas (alma demiúrgica de cada cultura) «solo se aprenden por contagio» para entender a tu madre, bromear con amigos o conquistar camareras. Ya lo saben: lean libros, vean teatro, visiten museos, practiquen las tradiciones y escuchen a los ancianos. Ese legado les dará ventaja evolutiva a los suyos en la cruel pelea por la selección natural. Ahí es nada. Es mejor herencia que un plazo fijo en el banco.