Ruido blanco
Antojitos
Las ferias fueron monologuistas antes de los teatros y bares con taburete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLas ferias son como los payasos, algo feliz que coquetea con lo siniestro, quizá porque no hay nada más aterrador que la felicidad obligada de llevar perenne una gran sonrisa o terminar cada noche escuchando Camela entre bocinas y neones de colores. Nunca fui aficionado ... a esos parques temáticos viajeros. Siempre creí que me montaría en la atracción a la que se les hubiera olvidado apretar la última tuerca. Sin embargo, desde pequeño hacia parar a mis padres en las tómbolas que encontrando sotas o cantando bingo te daban una tostadora. Me fascinaba ese mercadillo magnético de regalos prescindibles donde en vez de ofertas de bragas se inventaban estribillos pegadizos.
A nosotros nunca nos tocó nada. Tan solo un conejo azul gigante que se adelantó a los tiempos y fue un puff en mi habitación cuando nadie sabía que los puffs eran para sentarse. En realidad fue una butaca porque apoyábamos los brazos en sus orejas hasta que un día crecimos o empezó a perder las bolitas blancas del relleno. No sé que ocurrió primero. El caso es que al conejo fofo lo enterramos en el trastero con todo aquello que empezó a recordarnos que habíamos perdido la inocencia. La feria para los adultos es solo melancolía y los feriantes supervivientes agónicos de un mundo de dicha mecánica que ya no existe. Las tómbolas fueron monologuistas antes de los teatros y bares con taburete. Acumulan más éxitos que Georgie Dann canciones del verano. Entre mis amigos o se era de la tómbola Cachichi o de Antojitos como se era del Real Madrid o del Barcelona, por una pulsión primaria. Yo era Cachichi. Con su muñeca Chochona (bendito sea quien le puso el nombre) «¡y otro perrito piloto!». Lo repetía a todas horas junto a las rimas que inspiraron a Camilo.
Las redes sociales además de para odiar sirven para rescatar realidades (conectar multiversos que dirían en Marvel). Hace un año un chaval de Valladolid subió a TikTok los cánticos de Antojitos y los hizo virales. A ellos que llevan cuarenta años recorriendo el país y las generaciones. Esta semana volvió. «¡Eres el que nos hizo famosos!». Le regalaron un patito, «para que duermas calentito».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete